Hace unos meses hablamos de la llegada de los humanos a nuestro satélite. Este asunto ha generado alguna controversia en los bares de nuestra ciudad medieval, por lo que vuelve la burra al trigo.
Falsa creencia: No hay estrellas en el cielo.
Según los negacionistas en las imágenes de la NASA no se ven las estrellas, por lo que han tenido que ser tomadas en un estudio de Hollywood.
Los norteamericanos aterrizaron(*) en la cara visible de la Luna (para tener conexión de radio), en un momento en que no fuera luna nueva (es decir, que diera el sol), para no tener que soportar temperaturas medias de unos 120 Kelvin (-153? C). De otro modo: las imágenes fueron tomadas de día, lunar, pero día al fin y al cabo.
Las estrellas en las fotos de la Luna no se ven por la misma razón por la que no las vemos de buena mañana en la Plaza Mayor, porque el Sol es tan potente que tenemos que cerrar el diafragma de las cámaras (y de nuestros ojos), lo que nos impide registrar fuentes de luz pequeñitas como son las estrellas (ver foto).
Falsa creencia: La bandera ondea.
Según esta objeción la bandera ondea en las imágenes de la Luna, lo que demuestra que están tomadas en la Tierra.
Esta es una de las objeciones más insistentes y la que tiene una contestación más sencilla. La bandera está horizontal porque tiene una barrita de la que cuelga (ver foto). Es decir, la bandera se ve desplegada precisamente porque los americanos ya habían pensado que no se iba a ver por la ausencia de viento.
En cuanto a moverse ondeando al viento. Lo siento, yo no he visto ninguna imagen de video en la que la bandera se mueva. Es un invento.
De todos modos, como ocurre con todas las conspiraciones paranoicas, este es un ejemplo de incoherencia: si las imágenes fueron tomadas en un estudio de Hollywood no habría viento y tampoco ondearía. ¿Pero y si las imágenes hubieran sido tomadas con focos por la noche en el desierto de Las Vegas? Entonces la bandera ondearía, pero no se verían las estrellas. Por lo que una objeción invalida a la otra: no se pueden argumentar juntas.
Este es un ejemplo de la gran diferencia entre la Ciencia y las teorías conspiranoicas. La Ciencia propone un modelo completo y lo prueba contra los hechos, si los hechos no se comportan como predice el modelo, este se descarta. Los conspiranoicos toman una idea incompleta y, si los hechos no se comportan como les gustaría, van completando la idea o amoldando los hechos con el fin de salvar la idea general.
Volveremos sobre el asunto del hombre en la Luna, seguro.
(*) Nota: tan correcto es aterrizar (tomar tierra, suelo), como alunizar (aterrizar en la Luna); pero por el segundo camino llegaremos a construir un verbo para cada planeta, satélite, asteroide, etc. en el que nos posemos; de este modo tendremos amartizar, avenusizar, ajupiterizar… y acabaremos estrellándonos en plena cursilería.