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Parte del grupo de participantes en el curso

El saber no ocupa lugar, sin embargo ocupa tiempo. Un curso para desempleados, gratuito. ¿Me apunto o no? Dura medio año. Además, una vez empezado, estará “mal” si lo dejo (salvo que encuentre un trabajo), porque al centro docente le pagan por cada alumno que llegue al final. ¿Y si me toca un profesor con quien no congenie? ¿Y si tienen razón los que me advierten que esos cursos solo se hacen “para tener entretenidos a los parados”?
Quiero hablar sobre un curso que finalizó el pasado abril, impartido en Sigüenza por la Escuela Apostólica “San José” - los Josefinos. No se puede generalizar basándose solo en un curso, pero uno puede hacerse una idea cómo funcionan esos cursos financiados por el Fondo Social Europeo y la Junta de Castilla-La Mancha.

El curso –“Actividades de administración y gestión” se llamaba– pertenecía a una lista de cursos oficiales, de 26 ramas profesionales con una decena de cursos dentro de cada rama, cuyos contenidos están detalladamente fijados por el BOE.  Al finalizar cualquier de esos cursos el alumno obtiene un Certificado de Profesionalidad correspondiente. “Los Josefinos” es el único centro homologado en Sigüenza que imparte varios cursos de este tipo. También en la residencia de ancianos San Mateo se da un curso relacionado con su especialidad, atención socio-sanitaria.

José Ramón Ruiz, administrador de los “Josefinos”, señala que a la hora de proponer un curso ellos siempre tienen en cuenta las necesidades del entorno, es decir de Sigüenza y, con más amplitud de toda la zona. A este curso asistió gente de Sigüenza, Molina, Cifuentes, Trillo y algún otro pueblo. La otra posibilidad que tenían todos ellos era acudir a Guadalajara-capital. Una de las peculiaridades de esta zona es que aquí hay menos trabajadores por cuenta ajena y más autónomos o pequeños empresarios. “Ofrecemos cursos de gestión administrativa para potenciar esta característica”, dice José Ramón.

De hecho, el profesor Jesús Rodrigo Martín (que también tiene su gestoría) más de una vez repitió a lo largo del curso que el programa oficial exige que los alumnos aprendan unas funciones simples de “auxiliar administrativo” sin entrar mucho en el “porqué” de las tareas y que sin embargo él intentaba enfocarlo un poco desde el punto de vista del empresario. En este sentido se notaba un cierto desfase entre, por un lado, el programa oficial bastante “cortito” y, por otro, las exigencias de los alumnos, la energía del profesor y el montón de horas disponibles…

En general el grupo puso empeño en estudiar a pesar de que muchos se habían apuntado al curso con una idea bastante vaga sobre para qué les podría servir. Tal vez solo una persona tenía claro que formaba parte de su camino profesional. Uno esperaba exámenes para bibliotecario; otro, para entrar en el ejército; una tercera se preparaba para una plaza de maestra, una cuarta pensaba en buscarse la vida en Alemania...  Pero también eran conscientes de que sus esperanzas, en los tiempos que corren, podían resultar puras ilusiones, y tentaban otras posibilidades laborales. 

El centro de Josefinos desde 2002 se dedica a la formación de trabajadores, José Ramón habla de las novedades: “Hasta hace dos años los cursos tenían como objetivo hacer solo que los desempleados hicieran algo. Pero en 2009 empezó a salir una nueva normativa asociada a los certificados de profesionalidad. El objetivo no es solo que las personas puedan tener una formación sino que además asocien una profesionalización y una titulación. Los certificados de profesionalidad son estatales y son europeos. Es más serio”.

El curso que impartieron “los Josefinos” no fue completo porque la Junta les había concedido dinero solo para realizar una parte de la programación. Si se imparte el curso completo, el alumno obtiene el certificado de profesionalidad; si no, solo se acreditan las “unidades de competencia” que corresponden a los módulos formativos impartidos. La idea es que la “unidad de competencia” ya sea una titulación por sí misma. Pero claro, no suena igual de “serio”, y varios alumnos se preocuparon mucho por la cuestión de complementar el curso. En teoría, lo puedes hacer apuntándote a otros cursos que incluyen los módulos que te faltan. En la práctica, resultó ser algo confuso. Las sugerencias del técnico de la Junta sobre la posibilidad de terminar este curso en concreto eran bastante vagas… Tampoco se sabe de antemano qué cursos van a ofertarse próximamente así que a uno no le resulta fácil planear su formación… Lo que le queda es “pillar lo que surja”.

Otra pega es que las becas de transporte y de otro tipo llegan a los alumnos con retraso, ya después de haber terminado el curso. La gente que no puede pagar sus viajes por pura y simple falta de dinero queda excluida de los cursos. En lo que toca a los centros, José Ramón dice que tienen que funcionar pidiendo créditos a los bancos (los intereses no se cubrirán con el dinero que reciban, varios meses después del final del curso) y apoyándose en otras actividades “que pueden ser algo más productivas”. En resumen, “la Junta está pagando tarde y esto a los centros nos está colocando en una cuerda muy tensa”.

Por último hay que mencionar que en el grupo había gente muy variopinta. De edad, la más joven cumplió durante el curso 18 años y el mayor, 54. Sin embargo, se creó un ambiente de compañerismo muy agradable que se debió a cada participante en particular, a los profesores y, desde luego, al equipo de “los Josefinos”, José Ramón Ruiz y Rosa Andrés. Juntos sobrevivimos el invierno ¡que no es poco!

Preguntamos a algunos participantes su opinión sobre el curso

Carol, de 34 años, dos años parada:

 “Cuando empecé a hacer el curso, me enganché, no tanto por el temario en sí como por el ambiente general que logramos conseguir... Este curso me llegó de rebote. Quería apuntarme a un curso de turismo pero no pasé la prueba de inglés… ¡Tenía que apuntarme en algún sitio porque no puedo estar más tiempo en esta situación, desempleada y sin nada! 

El curso lo veo útil por varias razones. Puedes aplicarlo a tu vida diaria, llevar tus cuentas, tu contabilidad. También es algo que te despeja, que te lleva a otra forma de ver las cosas y que te deja estar más seguro en los asuntos de Hacienda, de contratos de trabajo… Que encuentres o no encuentres trabajo, eso no lo sé, está complicado en todos los sectores.

Yo aproveché el curso, teníamos un buen profesor que se preocupaba. Y aun creo que nos sobraron horas porque había muchos tiempos muertos. Lo que no tiene sentido es que sea un curso tan largo. O se acorta las horas o se da el curso completo”.

Paloma, de 39 años, 18 años cotizando, un año buscando trabajo:

“Me ha cundido más de lo que yo esperaba. Lo que ocurre que no creo que haya estado todo bien planteado, porque al principio dijeron una cosa y luego iban surgiendo otras, me refiero a posibilidad de completar el curso. Yo creo que no ha habido suficiente comunicación entre los técnicos de la Junta y el centro.

He hecho muchos cursos. No me han servido para buscar trabajo, pero sí para aumentar mis conocimientos. Yo quería hacer algo en la rama administrativa que no tenía nada… El saber no ocupa lugar, y yo creo que cuánto más nos formemos, mejor.  A lo mejor hoy no lo voy a utilizar pero mañana quién sabe…”

 

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