Hoy comentamos un error que empezó como anecdótico y cómico, pero que lentamente ha ido proliferando, tanto en los medios (no es raro verlo en periódicos y revistas) como en muchos hablantes. Se trata del uso del verbo «adolecer».
Tal vez debido a su similitud formal con el verbo «carecer», ha terminado por confundirse la similitud del significante con la del significado, y ambos verbos se usan, incorrectamente, como sinónimos. Así, algunas veces hemos visto publicado algo así:
*El plan del Gobierno adolece de calidad política.
¿Qué es lo que ha ocurrido? El verbo «adolecer» (cuyo origen encontramos en la palabra «dolor») significa, en la acepción que buscamos (hay otras parecidas pero sutilmente distintas), «tener algún defecto»; podríamos decir que es similar en sentido y en uso al verbo «padecer» («sufrir algo nocivo o desventajoso»), pero en ningún caso tiene relación con «carecer», que viene directamente del latín y significa «tener falta de algo». De hecho, estos verbos son tan distintos que uno expresa que algo se posee, y otro que NO se posee. Según el ejemplo anterior, si el plan del Gobierno adolece de calidad política, lo que estamos diciendo es que efectivamente TIENE calidad política, pero que eso es un defecto y no una virtud. Un sinsentido.
Para expresar correctamente la idea de que el plan del Gobierno no tiene calidad política, podemos optar por:
El plan del Gobierno carece de calidad política.(No la posee)
O bien
El plan del Gobierno adolece de falta de calidad política. (Sufre de falta de ella)