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Tipo de letra en mayúsculas

Como traductor, probablemente mi herramienta favorita sea el Diccionario de uso de las mayúsculas y minúsculas. En parte, por el mucho partido que le he sacado hasta la fecha; y en parte, porque su autor es José Martínez de Sousa. Bibliólogo, tipógrafo, ortógrafo, ortotipógrafo, lexicógrafo, autor de más de 22 obras (sin contar sus numerosos artículos, cursos y conferencias), entre las cuales se cuentan 13 diccionarios, Martínez de Sousa es el maestro autodidacto (“maestro sin maestros”) del análisis y la investigación del lenguaje.

El Diccionario de uso de las mayúsculas y minúsculas (DUMM) es, en pocas palabras, una obra necesaria. Hacía falta una guía que estableciese criterios para saber cuándo iniciar una palabra con letra versal, porque no todo vale; especialmente en estos tiempos en que se nos bombardea con el inglés, que tan manirroto es con el uso de la mayúscula. “¿Y no es ese el papel de la Real Academia?”, escucho que me preguntan uno o dos lectores desconcertados. En efecto, la Real Academia sería la autoridad ideal para establecer la “versión oficial” de este problema mayúsculo. Pero Martínez de Sousa ya nos advierte en los primeros párrafos del DUMM:

“El tema ortográfico del empleo de mayúsculas y minúsculas es el menos fijado en el idioma español. Existen, por parte de la Academia, unas normas a todas luces insuficientes y en algunos casos contradictorias, sobre todo si, al propio tiempo que se estudia lo legislado en la ORAE [Ortografía de la Real Academia Española], se comprueba su aplicación en el DRAE [Diccionario de la Real Academia Española]: una y otro parecen redactados por entidades distintas y en muchos casos contrapuestas, a tal punto que lo que prescribe la ORAE no lo cumple el DRAE, o este tiene aplicaciones no previstas ni tratadas en aquella.”

Y es que esa falta de directrices claras provoca que la mayusculización (y aquí le hago un pequeño desplante a la Real Academia, al utilizar una palabra no registrada en el DRAE sin siquiera marcarla con el hierro candente de las comillas) se convierta en algo subjetivo, algo que obedece más bien a la emoción, al interés personal y subjetivo. Hay quien escribe con mayúscula Naturaleza, Destino, Masonería, Patria, Nación, Arte… sin más justificación que la importancia que esa palabra tiene para uno mismo. Los religiosos escribirán Cruz, Hostia, Sagrado, Misa, San, y los militares escribirán Teniente, Caballería, Brigada, Escuadra, General, Sección… Cada cual barre para su casa.

Ediciones de La Plazuela - El Afilador

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