¿Sabes lo que dijo el segundo hombre que llegó a la Luna?
- No, ¿qué dijo?
- No lo recuerda nadie, solo se recuerda al primero.
[De la serie StarTreck, Enterprise].
Falsa creencia. Las primeras palabras que digo Neil Armstrong en la Luna fueron “Este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran paso para la humanidad”.
La frase que se supone que dijo es: “That’s one small step for a man, a giant leap for mankind” que se suele traducir por la frase mencionada.
Esta cita ha sido discutida en EE. UU. porque Armstrong, en su prisa por bajar del módulo lunar, prácticamente no pronunció el artículo indeterminado inglés “a”, quedando “Este es un pequeño paso para el Hombre, pero un gran paso para la humanidad”, ya que en inglés no se incluye el artículo determinado “the” para referirse a un nombre genérico como “man” en el sentido de especie.En ese caso, se trataría de una contradicción.
Recientemente se ha visto que en la grabación original, entre “step” y “man” hay una pequeña parada, un ligero gruñido que nos dice que Armstrong, en su precipitación, prácticamente se comió la “a”, pero que estaba en su cerebro decirla. Es uno de esos defectos del habla común, como en español decimos “Plaza Castilla” con un ligero ruido entre “Plaza” y “Castilla” que no es un “de” real, sino una especie de “d” sorda.
Aceptamos que Armstrong quiso decir lo que todos recordamos, pero ¿fue esa la primera frase que dijo en la Luna?
Según la novela histórica de Ton Wolfe Lo que hay que tener, en el primer proyecto espacial tripulado, el Programa Mercury, los ingenieros dirigidos por Werner Von Braun decidieron no poner instrumentos de pilotaje de las naves, fiándolo todo a los cálculos realizados previamente en la planificación de las misiones; pero los astronautas, que eran pilotos militares de pruebas, se quejaron, aduciendo que eran pilotos y no monos. Resuelto el incidente, se instalaron instrumentos de navegación para que los astronautas pudieran pilotar. Verdad o ficción, los instrumentos salvaron la vida de Armstrong y Aldrin.
El aterrizaje del Apolo XI estuvo muy cerca del desastre. En el volumen que quedaba entre el módulo lunar, el Eagle (Águila), en el que se instalaron Armstrong y Aldrin, y el módulo de mando, Columbia, en el que permanecía Collins, quedó encerrada una cantidad de aire. Al hacerse la separación de ambos en el vacío, este aire produjo una pequeña explosión como la de una botella de cava y el módulo salió impulsado horizontalmente.
Este impulso fue suficiente para hacer que el módulo lunar se pasara el punto de aterrizaje previsto, llamado Tranquilty Base. Armstrong, que había sido elegido como Comandante por su sangre fría, tomó los mandos de la nave y buscó un nuevo punto de aterrizaje, pasaron los picos de unas montañas y, cuando solo quedaban algunos segundos del combustible asignado al descenso, aterrizó en una pequeña llanura.
Tras esos minutos de tensión, Armstrong solo pudo decir “Houston, aquí Base Tranquilidad. El Águila ha aterrizado”.
Estas fueron realmente las primeras palabras pronunciadas por un ser humano en la Luna. De las siguientes, las de Aldrin, no me acuerdo.