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La sierra exige el mantenimiento de las Urgencias
La situación planteada también podría afectar a la llegada de nuevos pobladores y al turismo


Una barbaridad. Éste es el apelativo más extendido en la Serranía de Guadalajara para calificar la última medida de la Consejería de Sanidad y Asuntos, dirigida por José Ignacio Echániz. Se trata de la decisión expuesta en la orden de 15 de octubre de 2012 en la que, bajo una supuesta “racionalización de la atención sanitaria urgente que se presta en las zonas básicas de salud”, se ha determinado acabar con las Urgencias existentes en varios lugares de la provincia. De esta forma, complejos como los de Hiendelaencina o Tamajón, que hasta ahora prestaban servicio continuado las 24 horas, pasan a recibir pacientes exclusivamente de 8.00 a 15.00.
Por tanto, los enfermos que tengan una eventualidad de salud fuera de ese horario, tendrán que dirigirse a Atienza y Cogolludo, respectivamente, con el consiguiente incremento de los tiempos de trayecto. Sin olvidar la existencia de un mayor riesgo, al tener que recorrer estrechas carreteras que sufren graves inclemencias meteorológicas, sobre todo en invierno. “Se está atentando contra el asentamiento de la gente en el mundo rural, porque en el momento que falla la Sanidad, y ante el miedo a ponerse malos y verse desasistidos, los vecinos se marchan”, denuncia Francisco Maroto, alcalde de Campillo de Ranas, uno de los municipios afectados por la idea de Echániz.

DSCN2593Sin embargo, se trata de una situación que también podrá afectar a la llegada de nuevos pobladores a la comarca y al turismo que llena las casas rurales de la zona. “Si alguien se plantea venir a la sierra, ahora se lo pensará seriamente ante la falta de prestaciones. Incluso, los fines de semana, la gente que viene a los establecimientos hosteleros también se lo planteará, porque la atención que se ofrecerá estará muy distante”, explica el alcalde de Bustares, Julio Martínez.
No obstante, estas quejas no sólo las comparten los regidores de las mencionadas localidades. La práctica totalidad de los vecinos del territorio rechazan una decisión que consideran injusta. Por ejemplo, una bustareña y miembro de la asociación La Hincadera explica que “medidas como el cierre de las Urgencias perjudican a los que vivimos aquí diariamente, porque nos quedamos sin una prestación básica y muy necesaria”. “Quieras o no, tener un servicio de Urgencias al que poder acudir ante cualquier eventualidad da más seguridad”, subraya. Además, la decisión de la Junta supondrá un incremento de los tiempos de trayecto. En Tamajón, por ejemplo, los pacientes que hasta ahora iban a este centro de salud fuera del horario de consultas, verán aumentado en más de una hora el trayecto en caso de enfermedad sobrevenida, al tener que ir hasta Cogolludo. Una situación que no será mucho mejor en el ámbito de Hiendelaencina, donde los afectados tendrán que desplazarse hasta Atienza.
En éste último caso se añade un elemento adicional, que es que los ciudadanos que tengan que acudir a Urgencias y que después sean derivados a Guadalajara, tendrán el doble de camino que hasta ahora, ya que Hiendelaencina se encuentra a mitad de camino entre ambos emplazamientos. “Se trata de un paso atrás, ya que si la dolencia es grave, se van a llevar al paciente a la capital; es decir, cuando se podrían hacer 75 kilómetros o menos, ahora se realizarán 120”, indican desde Bustares.
Por ello, los representantes de los municipios adscritos al centro de salud de Hiendelaencina propusieron a los gestores sanitarios de la provincia que, los tres médicos existentes en el complejo, se distribuyeran en tres turnos a lo largo del día y que no solamente estuvieran concentrados en el tramo de mañana, de 8.00 a 15.00, como se pretende. De esta forma, y sin coste adicional, se podría mantener el servicio. Sin embargo, esta propuesta no fue aceptada por los representantes de la Consejería. Unos gestores que han sido invitados para que expusiesen su punto de vista sobre todos estos problemas, pero que han rechazado hablar con La Plazuela por problemas de agenda.
En lo que se refiere a la zona de Tamajón también se han hecho oír. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Campillo de Ranas, incluido en este área, presentó una serie de alegaciones contra la supresión de la atención médica continuada. Entre las razones que se expusieron, se encuentra la existencia en la localidad, por un lado, de una población joven, con niños pequeños, y por otro, de un grupo de personas de avanzada edad. Dos sectores que necesitan una atención más continuada, y que no tienen capacidad de llegar hasta Cogolludo.

Las ambulancias no convencen
La solución ofrecida por la Consejería pasa por establecer sendas ambulancias tanto en Tamajón como en Hiendelanecina. Sin embargo, tal y como denuncian los afectados, no se trata de algo real, ya que simplemente se trasladarían los vehículos que actualmente existen, respectivamente, en Cogolludo y Atienza a estos nuevos lugares. Pero la zona atendida seguiría siendo la misma. Además, en la ambulancia, al sólo estar dotada de un conductor y un técnico sanitario, no se prestaría atención médica en la misma. Por tanto, el alcalde de Campillo se pregunta qué pasaría si en ese momento el enfermo “necesita insulina o si requiere una vía porque se ha deshidratado”. Por ello, indica, “es preferible coger un coche de cualquier vecino e irte a Guadalajara”, porque así se ahorraría tiempo, al no tener que esperar a la llegada del vehículo del Sescam.
Así, según indica el munícipe bustareño, la preservación de servicios como el de las Urgencias se trata de “un tema de supervivencia de la comarca. Si nos quitan los pocos servicios que tenemos, ¿quién va a venir aquí?” Además, Francisco Maroto explica que no es tanto lo que se ahorra con medidas como ésta. “Lo que es una pena, y es lo que más coraje me da, es que se haya invertido tanto dinero para intentar asentar población, y que ahora, con un recorte tan ínfimo, tiremos todo este esfuerzo por la borda”. “Yo sólo pido al consejero que nos devuelva los servicios que teníamos hasta ahora”, concluye la vecina de Bustares.

J. M.

Ediciones de La Plazuela - El Afilador

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