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Nans

Ya se acerca la primavera, y a finales de febrero en Atienza  tuvo lugar una reunión para el intercambio de semillas. Participó la gente de la zona, mayoritariamente  joven,  que tiene huertos para su propio consumo y que es asidua a todo lo que organiza la Asamblea Unión de Pela. Pero también en el pequeño tumulto alrededor de la mesa con semillas se oía mucho francés. Eran cinco franceses nómadas que por aquel entonces estaban en Santamera. Habían venido a Asociación Campesina “La Taina”. Samuel Bartolomé, de “La Taina”, nos presentó a uno de ellos. Nans estaba dispuesto explicarnos en castellano cómo se vive de nómada.

– Estuve en una escuela de Bordeaux, nos preparábamos para trabajar con los niños, con la gente que está en la cárcel, con personas mayores... Tres alumnos, tres amigos, no teníamos dinero y para vivir ocupábamos casas. Empezamos a hacer proyectos con la gente del barrio, montar huertas y luego decidimos salir de viaje para aprender sobre agricultura, construcción y otras cosas prácticas.

Y así nos hicimos nómadas. Poco a poco se determinó el proyecto: hacer nuestra casita, cocinar con fuego, utilizar remedios naturales... Y también conocer lugares donde vamos. Sabemos lo que podemos llevar a estos lugares: espectáculos de malabares, semillas, bambú para construir...
Samuel añade que  traen también un concepto de gran sostenibilidad en utilización de recursos, herramientas, energía.

– ¿Algún ejemplo concreto?
– Por ejemplo, manejamos una furgoneta para llevar todo.  Como combustible utilizamos aceite vegetal reciclado. En verano llega al 70% del combustible (en invierno mucho menos porque en sus calidades influye el frío). Es una transición entre un coche y un caballo. Así poco a poco nos alejamos de petróleo que sabemos que un día se va a acabar. Para ello tenemos contratos con tres restaurantes japoneses en Bordeaux y una estación de filtración de aceites.

– Por aquí en un pueblo también hay una persona que lo hace  en plan totalmente casero. Te dice que si le traes dos litros de aceite reciclado te da uno de este combustible. ¿Es complicada la tecnología?
– No, no es complicada. Se manejan dos camiones y dos coches y trabajamos unas siete personas en eso. A veces hay que limpiar, cambiar los filtros, y nada más. Ya puesto, es muy fácil. Para poder hacerlo legalmente cumplimos todas las formalidades.

Samuel comenta que están retomando el concepto originario del motor Diesel  “que se hizo para que agricultores pudieran crear sus propios aceites y utilizarlos en sus motores”.

– ¿Y lo de bambú? No es un material precisamente local... En Europa no crece ¿no?
– Ya crece, es que lo ha traído. Y se adapta mucho. Solo necesita mucha agua. En Francia conocemos cuatro lugares donde crece bambú y los campesinos nos permiten limpiarlos. Quitamos los troncos viejos y sacamos los gordos. Y con eso construimos. El año pasado hicimos una balsa de río de bambú, trabajó mucha gente en este proyecto, niños, nosotros los jóvenes, mayores. Y también hicimos una cabaña de bambú encima de los árboles en Bois de Vincennes, un bosque en la periferia de Paris. Era una plataforma de bambú con un eólico que producía electricidad e hicimos un video de la construcción para mandar a diferentes sitios. Hay que preparar soluciones para el mundo que viene, ese es el mensaje. Volvemos a las cosas antiguas pero también nos parece interesante la electricidad o internet.
También hacen yurtas de bambú. Una se podía ver en Santamera en los días en que estuvieron allí los franceses.

– ¿Cual es vuestra filosofía?
– Vemos que se van acabando las cosas, y en la vida cuando se acaba una cosa, se genera otra, y ahora creemos que es el momento.
Samuel precisa: Hay muchas técnicas de pasado que son absolutamente válidas. No se trata de aplicarlas porque dentro de 15 años no haya petróleo sino porque funcionan. Trabajar con un caballo, un burro la tierra –de un determinado tamaño como por ejemplo media hectárea– es absolutamente factible. No se hace, no porque se hayan desarrollado otras técnicas más eficaces sino porque surgen modas en la sociedad.

– ¿Es el momento para vivir en zonas rurales más que en las ciudades?
– Nuestra propia elección es esa. En las ciudades quizá se pueda seguir viviendo pero tienen que cambiar  muchas cosas.

– Como nómadas, ¿vais por el mismo itinerario?
– No el mismo pero sí volvemos a algunos lugares. Establecemos relaciones, y eso nos importa mucho. No es viajar por viajar, por descubrir el mundo... es mucho más que esto. Volvemos porque ellos, como los de Santamera, son una fuerza para nosotros, porque tienen muchos saberes, nos enseñan y tienen un lugar para acogernos. Y nosotros somos una fuerza.  Cuando llegan cinco personas a un lugar se pueden hacer muchas cosas.

Samuel: El desarrollo de comunidades como la que tenemos en Santamera depende mucho de la ayuda exterior. Para hacer infraestructuras, arreglar lugares dañados... Y nunca seríamos capaces de hacerlo con nuestros medios. Los “nómadas” es una fórmula para unir las comunidades en cuanto a información, conocimientos técnicos y ayuda.

– Lo de ayuda “física” se entiende. Pero la información ¿no va ahora toda por internet?
– También va por internet pero son mucho más fuertes las informaciones que obtienes como parte de tu experiencia...

Samuel habla del inconveniente de las redes totalmente “volcadas a internet”: “Terminas juntando a muchas personas que probablemente no tienen el mismo nivel de compromiso que tenemos nosotros”.

Pone como ejemplo WWOOF (el movimiento internacional de trabajo voluntario en las granjas ecológicas, de que la granja de La Taina de Santamera forma parte) que desde su punto de vista se masificó y no siempre las granjas cumplen el requisito de ser granjas ecológicas, ni el trabajo voluntario siempre corresponde a ese concepto.

Nans en cambio cuenta sobre una red de fincas –que son unas 15 ahora en Francia–, que se conoce más bien boca a boca y que es más rigurosa. La gente puede ir allí con el objetivo concreto de aprender determinadas cosas de agricultura.

Esta red está dentro del movimiento “Reclaim the Fields” (reclama la tierra) al que los “nómadas” están próximos.
– “Reclaim the Fields” es un movimiento europeo, no centralizado. En cada país hay un grupo. Cada dos años se hace un encuentro europeo en diferentes países pero siempre donde hay lucha por la tierra. Por ejemplo la primera vez se hizo en Francia en Notre-Dame-des-Landes que es un lugar donde luchan contra un aeropuerto, luego se hizo en Polonia donde hay una mina abierta, etc... Es decir en lugares donde hay proyectos urbanísticos o industriales que quieren echar a los campesinos de allí. 

Samuel: Creo que existe en Europa un problema muy importante con la tierra. Se favorece a la agricultura y ganadería convencional vistos como un gran negocio, no como una fuente de recursos de la cual se puede vivir directamente. Y creo que este es un movimiento que quiere romper con el sistema que favorecen las instituciones europeas. Nos traen la información sobre este movimiento, y me parece muy interesante.

– ¿De qué vivís vosotros?
– En el grupo hay varias formas. Voy a hablar de mí. Yo trabajo dos o tres meses al año, en campo, en vendimia o animación con los niños. Además con nuestro grupo hacemos espectáculos, talleres de circo. Hay ingresos personales e ingresos del colectivo. Yo además cuando es preciso –por ejemplo estoy en Santamera y necesito dinero– voy a un semáforo vestido de payaso y hago juegos malabares. En Madrid puedo sacar a veces hasta 50 euros por hora.

– Ahora sois jóvenes, podéis vivir viajando. Pero cuando tengáis niños, no podréis... más que nada porque tienen que ir al colegio...
– Hemos visto a padres que viajaban con sus niños haciendo escuela ellos mismos para sus hijos. A los niños hasta 12 o 13 años les viene bien viajar. Luego viene el tiempo de socialización y mejor que queden en el mismo lugar. Lo que quiero decir es que hay muchas formas de vida. Yo, con 23 años, quiero asentarme, para hacer –más que una casa– una huerta. Es una cosa que me apetece mucho.

Samuel:  Está rompiéndose este mito de que puedes ser nómada o hippy porque tienes 23 años. Ahora hay mucha gente que están tomando decisiones a cualquier edad. Conozco por aquí a una persona que tiene 57 años y que hace tres años decidió vivir de manera nómada. Otro debate es la gestión de vejez.

– Es verdad... cuando eres mayor o cuando estás enfermo ¿qué haces?
– En Grenoble hay un grupo de médicos que están trabajando en un hospital gratis, abierto para todos. La gente “alternativa” empieza a envejecer, y allí llegan las soluciones.  Mis padres por ejemplo, junto a sus amigos, han comprado una casa grande y dicen medio en broma que “en esta casa nos vamos a hacer mayores y van a venir jóvenes para ayudarnos”.  Están bromeando desde hace mucho pero cada vez más y más se está poniendo en serio...
Samuel: Lo que está ahora haciendo la administración es intentar a excluir de la sanidad universal determinados grupos, y somos nosotros los que tenemos que cambiarlo. Los Médicos sin Fronteras trabajan en el resto del mundo y aquí solamente por ejemplo con los toxicómanos. Creo que la implicación de estas personas, profesionales, cada día va a ser mayor. No hay que esperar solo que haya un cambio político. Nuestra salud también tiene que depender de nuestras propias decisiones.

Ediciones de La Plazuela - El Afilador

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