En el Infierno de Dante, antes de cruzar el Aqueronte y llegar al primer círculo, se encontraban los indecisos, aquellos que habían preferido no tomar partido ni comprometerse nunca. Su castigo era correr sin descanso, desnudos y perseguidos por nubes de insectos que los atacaban sin cesar; las lágrimas y la sangre que resbalaban de sus cuerpos alimentaban a unos repulsivos gusanos que se arrastraban por el suelo. Poncio Pilato y aquellos ángeles que no tomaron partido durante la rebelión eran algunos de sus ocupantes más «ilustres».
Así pues, para no acabar como ellos, tomemos partido: Henry Kamen es un historiador británico residente en Barcelona, colaborador de El Mundo y autor de abundantes libros sobre la historia de España. Kamen es especialmente meticuloso a la hora de desmitificar tanto lo positivo como lo negativo: por una parte ha demostrado que la Inquisición española no fue como la pintan (y que de hecho sus cárceles eran bastante mejores que las cárceles civiles); por otra, es muy crítico con la supuesta grandeza de España en el Siglo de Oro y con el enfoque del nacionalismo en nuestro país. Hoy quiero destacar uno de sus libros: España y Cataluña, historia de una pasión. Kamen es conocido por su postura crítica con el independentismo catalán, y en este libro analiza toda la cuestión de forma quirúrgica.
Empieza describiendo concienzudamente los episodios de conflicto más relevantes entre España y Cataluña, en particular la Guerra de Sucesión, elemento vital del independentismo: quién participó y por qué, qué defendía y representaba cada uno, cómo se desarrolló la contienda y cuáles fueron sus consecuencias. Se detiene más adelante en el siglo XIX, la época de auge de los nacionalismos, y analiza cómo se construyó en esa época la base del nacionalismo catalán, qué elementos históricos tomaron (y cuáles inventaron) y de qué forma los retocaron. Cuidado, porque también tiene munición de sobra para los castellanos: una de sus críticas más ácidas la dedica a la actitud nacionalista española, que se centró exclusivamente en el carácter castellano en su etapa de formación, dejando fuera al resto de regiones, dando lugar a un patriotismo con el que nunca se sintieron identificados más que algunos.
Realmente, el análisis del patriotismo español despeja muchas dudas sobre su lamentable estado actual; veremos que no es algo nuevo ni mucho menos, viene de lejos.
Dedica un capítulo muy interesante a la lengua catalana, su uso a lo largo de las épocas, su unificación y su promoción gubernamental, y cierra el libro con un breve análisis de las consecuencias más probables de una escisión de Cataluña.
Para terminar, diremos que antes de juzgar, y sobre todo antes de dejarnos embaucar por el primero que nos adule y nos diga lo que queremos oír, más nos vale informarnos e investigar, y este libro es una magnífica forma de empezar a hacerlo y saber dónde se apoya el gran castillo de naipes que estamos viendo tambalearse estos días.