El sábado 7 de marzo, unas 60 personas, pasamos un buen rato en el bar “Las Travesañas” escuchando a este estupendo “bluesman” en la noche seguntina de luna llena. En esta ocasión se cobró una entrada disuasoria de manera que resultó posible escuchar de verdad al intérprete, con claridad, buen sonido y sin el “run-run” de otras veces mientras disfrutábamos de unas copas.
Con sus guitarras acústicas y sus armónicas, pero sobre todo con su personalísima voz, trabajada en muchos palos hasta llegar al blues, Jeff nos ofreció un recorrido entre sus composiciones y las ajenas siempre con el sabor de las buenas anécdotas o historias para introducir cada canción. Empezamos por recordar a su ídolo Bob Dylan con “Life According Mr. Dylan”, siguiendo con “Leave and Learn”, “Cocaine”, “Bell” (creo que se escribe así, es la historia con una camarera con la que pasó una buena noche), “Fishing Blues”, “Drinking my Blues Way”, “Sussi Q”, “Working on the Railroad”, tema tradicional norteamericano que ya cantó M. Knopfler, “I Still Miss Someone” de Johnny Cash, “No Shoping Bags”, “Gipsy Runner”, “Vagabonds Highway”, y algunas más que me dejo… En fin, una pasada de buena guitarra, buena voz, buena armónica y muy buen ambiente conectando con Jeff, un artista batido en cientos de bares y pubs por el mundo y que magnetiza rápidamente al público.
Con Javier Villaverde punteando maravillosamente mientras Jeff se acompañaba de guitarra y armónica hicieron “In the Night”, composición propia con la que ya se iba acabando lo bueno para llegar al final con aquella famosa de Dylan “Knockin’ On Heavens’s Door”, participando, además de Javier, Mari Carmen Hernando con su voz y Carlos Blasco con el cajón flamenco, y cantando todos con ellos ¡Buahhh!, ¡Una pasada!. Cámaras y móviles registraron esos momentos tan ricos.
Mi enhorabuena a Jeff, el trotamundos eternamente joven, gran vividor, compositor y cantante. Felicito al bar Las Travesañas por la elección del músico y por haber hecho posible recibir el concierto con buen sonido y respeto para Jeff.
ENTREVISTA CON JEFF ESPÍNOZA
Tras el concierto, La Plazuela, entrevistó a Jeff que nos dejó estas palabras:
En mi infancia mis padres me regalaron una guitarra de juguete y aprendí a tocar la canción “Tom Dooley” (vieja canción popular de Carolina del Norte, USA). Me encantaba la música, escuchaba la radio o los discos de mis hermanos mayores. En el colegio tocaba y aprendía con los compañeros, seguí tocando durante mi tiempo en la universidad y el servicio militar, pero no quitó para acabar mis estudios. Antes de venir a España ya empecé a componer canciones, fue entonces cuando decidí que iba a ser mi profesión y mi vida. Las influencias recibidas son muchas pero sobre todo Bob Dylan, y otros como Beatles, Rollings, etc. He escuchado mucho, recuerdo la primera vez que oí a James Taylor en la radio, “Moody Blues”, Van Morrison, luego Crosby, Stills, Young&Nash, BB King, Carlos Santana, Pink Floyd, Eric Clapton o el country de Johnny Cash. En fin, una montaña de influencias junto con los grupos que he tocado, de country, de rockabilly, de rock… Y avanzando también redescubro a Nat King Cole, Billy Holiday, Travers (un guitarrista fabuloso). De repente entro en un coro de “góspel” y oigo a Mahalia Jackson y todo eso. Mi voz ha ido cambiando, quizás antes era más limpia, pero según fui aprendiendo, blues, soul, góspel, la fui modificando según el estilo. También canto temas en publicidad. Mi educación musical me permite variar mi voz. He estudiado “bel canto” durante 10 años también pero, resumiendo, viajar, tocar y cantar con tantos grupos que me han enseñado tanto… ha sido mi escuela.
Esta noche estoy aquí porque Mari Carmen Hernando se puso en contacto conmigo (me escuchó en Sigüenza hace años) y quedamos en “Segundo Jazz” en Madrid, donde estaba tocando en solitario. Hablamos, ella quería que viniera con Red House a tocar al auditorio, pero como le ha gustado lo que estaba haciendo como solista, me comentó venir a Las Travesañas y, bueno, aquí estoy. Tocar de solista es como volver a casa, a Los Angeles (California), donde llegue a actuar en un restaurante durante un año seguido. Antes fue en un pub en la universidad todas las tardes (novedad entonces). Tocaba de James Taylor, de Cat Stevens, de Bob Dylan, Neil Yuong, claro, antes de descubrir el blues; el blues para mí…, la primera vez que vi a Albert Collins me dije ¡¿Qué coño es eso?! Y ha cambiado, pero entonces sus blues, soul, de todo he aprendido, de todos los palos. Cuando interpreto en solitario, para mí es como tocar en casa cuando ensayo con mi acústica y mi voz. La guitarra con la que toco es del 41 o 45, no sé exactamente, es una Gibson fabricada durante la II Guerra Mundial, ¡suena qué te cagas! [sic]. Antes, Javier Villaverde le ha sacado unos sonidos… estaba yo tan a gusto.
Yo disfruto de la vida, hago deporte, vivo bien, me encanta tocar, beber vino tinto, pasar la noche charlando. Aquí hay muchas mujeres, y muy guapas también. En fin: ¿qué más quiere un hombre en la vida? Siempre he creído que hay que pensar de manera positiva, energía positiva, no me gustan las cosas que deprimen. Todo el mundo tiene problemas pero por eso hay que tirar para adelante. Esas cosas se pueden canalizar y expresar con la música, por eso “vienen” los blues.