Al día siguiente partimos para visitar Bundiali, una vez allí, nos desplazamos para conocer al pueblo nómada Peules.
Estos nómadas que provienen de la zona de Niger y Malí, son musulmanes, y se diferencian físicamente de otros pueblos de Costa de Marfil, en que son muy estilizados y altos.
Seguidamente visitamos el pueblo de Ndara para ver la danza de las vírgenes, danza muy atractiva, en que chicos y chicas danzan entre ellos en una especie de cortejo sensual y con mucho colorido.
Al día siguiente partimos hacia Odienné. En el camino realizamos una parada en el pueblo de Kolia, donde vimos la danza de los cazadores tradicionales. Esta danza es la que menos nos gustó, ya que no había gente que animara, y la danza era muy rudimentaria, pero con instrumentos musicales con decoración moderna y conectados a unos altavoces. Llegamos a Odienné, y lo primero que hicimos fue visitar la mezquita de la ciudad. Una construcción preciosa de adobe del siglo XVII, en la que todos los años tienen que hacer reparaciones por la acción de las lluvias.
Nos alojamos en el Hotel Sarah, lugar en el que, en la guerra civil de Costa de Marfil de 2010, se alojó el Cuartel General de los rebeldes. Nos quedamos con ganas de ir a varias minas de oro que están en los alrededores, y que nos costaba que podían ser visitadas.
Al día siguiente partimos a Man, durante el camino visitamos los pueblos Yacuba, Silakoro y Gboni, con sus casas de adobe y techo de paja en plena selva tropical. En todos estos pueblos tienen una especie de bosque sagrado en el que solo lo pueden pisar los muy iniciados en sus creencias.
Nuestro destacado ingeniero, Leonardo Torres Quevedo, presentó su primera patente sobre los transbordadores aéreos en 1885 y se ocupó de ellos hasta 1916,...