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Es complicado describir la música mediante palabras y así lo es escribir sobre el concierto de Guitarra Flamenca que ofreció Javier Conde el miércoles 12 de agosto en el Centro Apícola y Museo de la Miel de Sigüenza. Organizado por la Asociación de Violería y Organología Instrumental Romanillos-Harris en colaboración con la asociación del mencionado centro apícola, Conde compartió con los asistentes un escogido repertorio que a nadie dejó indiferente.

El joven y, desde niño, prodigioso guitarrista cacereño se presentó con el taranto “Presagio”, de Víctor Monge “Serranito”, anunciando ya en este primer toque minero, ad libitum, la profunda galería de metales preciosos con que nos deslumbraría el cante de su sonanta: acordes que perduran plenos, ornamentos personales que brillan flamencos, picados vertiginosos que deslumbran y trémolos redondos, rubatos y precisos, resonaron en la estancia aromatizada de cera y miel. Con “Aires Antillanos”, de Andrés Batista, cambió el tercio sonoro: de un palo reposado, misterioso y profundo, a un zumbido de abejas, alegre y vivo, de tonalidad mayor y rítmica amalgamada de guajiras trasatlánticas. El público, mudo y respetuoso, tanto por las mascarillas como por su condición melómana y que completó el aforo a fuerza reducido por las circunstancias, aplaudía con fervor. Y es que las facultades de Javier son extraordinarias, con un dominio poco habitual de la técnica, que le ha sonar en el escenario con los mismos “Serranito”, Gerardo Núñez o Rafael Riqueni.

El conocimiento que tiene Javier del repertorio flamenco lo fue demostrando obra tras obra, en un programa en que se iba contrastando lo reposado y libre con lo rítmico y alegre. Así, continuó con el rubato de la granaína “La cartuja” y con el ritmo vivo de 6/8 del zapateado “Campero”, composiciones de Gerardo Núñez y Andrés Batista respectivamente. Y es que Conde suele interpretar composiciones de los maestros, en un afán recuperador de repertorio, algo poco habitual, aunque muy necesario, en el actual mundo de la Guitarra Flamenca.

Tras “Torero y gitano & tartaneros”, arreglo de Batista de “El café de Chinitas” y “Los cuatro muleros” (piezas populares andaluzas que registrara García Lorca al piano con el cante de “La Argentinita”), subió al escenario la guitarra de José Antonio Conde: padre, mentor y acompañante de Javier. Esta segunda parte comenzó con un arreglo para dos guitarras de la rondeña “Cueva del Gato”, de Paco de Lucía en la que padre e hijo mostraron su larga y ancha compenetración en el escenario.

Con un “Popurrí” de rumbas, iba caminando a su fin el recital, en el que se escucharon arreglos de obras de Riqueni y Paco de Lucía y donde Javier demostró una vez más su pasmosa técnica, en particular en los picados maestros del “Entre dos aguas” a la altura de los del compositor algecireño “De Lucía”.

Tras concluir en formato dúo con “El pájaro campana” (efectista polka que popularizara “Serranito” en el mundo de la Guitarra Flamenca), los aplausos interminables arrancaron un bis, en el que Conde interpretó “El sitio de Zaragoza”: pieza popularísima en el S. XIX y que interpretara Sabicas en tres de sus discos, con rítmicos efectos de caja realizados tapando y juntando los bordones de la guitarra con la mano izquierda. Si así empieza la mutua colaboración entre las asociaciones organizadoras, le auguramos un futuro prometedor, en el que la calidad de las propuestas parece estar asegurada para este educado público seguntino.

David Monge
Guitarrista

Viñeta

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