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Entrevista a Guillermo García-Contreras y a Luca Mattei, arqueólogos de la Universidad de Granada, sobre los proyectos arqueológicos en Atienza y otras cuestiones sobre arqueología de la comarca.

Hace más de 10 años Guillermo García-Contreras hizo su tesis doctoral en el valle del Henares y en el valle del Salado sobre su poblamiento y territorio en la época medieval. Tras pasar un periodo postdoctoral en el Reino Unido sacó la plaza de profesor titular en la Universidad de Granada. Guillermo García-Contreras ha participado en varios proyectos de investigación en la comarca como el que llevaba como título “Paisajes de reconquista” cuyo objetivo era entender como zonas del territorio peninsular ibérico habían interactuado en la época medieval, tanto la sociedad islámica como la feudal después. La zona norte de Guadalajara fue uno de los territorios que se tomó como testigos de fronteras a lo largo de la Edad Media y se hicieron excavaciones tanto en Atienza como en Molina de Aragón.

Excavaciones en el Cerro de la Judería.

La actual excavación arqueológica de Atienza forma parte de un proyecto más amplio financiado por la Unión Europea que lleva el título “Repensando la revolución verde islámica”. Su objeto es investigar los cultivos y las tecnologías asociadas a ellos en la península ibérica que se introducen en la época islámica. El proyecto está dirigido por Guillermo García-Contreras.

Dentro de este proyecto general, el proyecto concreto para las actuales excavaciones lleva como título “Atienza en tiempos de revolución verde” y lo dirige Luca Mattei, natural de Bolonia y también profesor de la Universidad de Granada. Este proyecto está co-financiado, además, por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

El pasado 5 de octubre tuvo lugar una Jornada de Puertas Abiertas en la que Luca Mattei explicó en Atienza in situ los objetivos de las actuales excavaciones, entre ellos unas catas donde se supone estaba la judería en época bajo medieval.

La Plazuela habló con Guillermo García-Contreras y Luca Mattei de este y otros asuntos relacionados con la arqueología, tanto a nivel general como relacionados con comarca.

Excavación en el Cerro de la Judería de Atienza. Jornada de Puertas Abiertas.

¿En qué consisten los proyectos en los que estáis implicados?

Guillermo García-Contreras. El proyecto grande tiene una duración de seis años, empezó en 2023 y acabará en 2029. El proyecto concreto de Atienza tiene un año de duración y se renueva cada año. En este caso concreto tenemos que definir los objetivos de cada año y los espacios que queremos excavar. El año que viene volveremos a la excavación y si tenemos la suerte que la JCCM nos lo co-financie, lo haremos con ellos; de cualquier manera vendremos a excavar con fondos del proyecto europeo. Tenemos la suerte de contar también con la colaboración del Ayuntamiento de Atienza y luego hay una cuarta pata que es la declaración de patrimonio mundial del paisaje de Sigüenza y Atienza. Estas excavaciones también se incluyen en los planes estratégicos que forman parte del consejo científico de la candidatura a patrimonio mundial, una de cuyas líneas es intentar explicar que ese paisaje tiene una dimensión histórica que es necesario entender para justificar su valor patrimonial y la singularidad que le otorga. Yo particularmente creo que esa singularidad tiene que ver con la revolución verde, el valor de patrimonio mundial tiene que venir de la mano de reconocer ese evento histórico tan importante que tuvimos en la península ibérica, que aquí en Castilla y particularmente en Sigüenza y Atienza, y en general en la provincia de Guadalajara, no se había estudiado prácticamente nada.

El sondeo de Santa María del Rey.

¿Cuál es el objetivo del proyecto concreto de Atienza?

Luca Mattei. En Atienza sabemos que en época islámica se había asentado la población bereber Banu Salim, luego a partir del siglo X en la época califal es una zona muy renombrada en la que se conforma la frontera de la Marca Media entre Al Andalus y los territorios cristianos. A partir del siglo XII Atienza es conquistada por los reinos feudales que también entran en disputa entre ellos. Lo que tratamos de explicar es cómo la sociedad islámica en sus distintas fases y luego los reinos feudales, habían explotado el entorno ecológico y el espacio productivo de estos territorios. Se trata de repensar la revolución verde, no desde las fuentes escritas sino aportando datos desde la arqueología. Consiste en ver cómo ha cambiado el paisaje de esta zona desde el siglo VIII hasta finales del siglo XV.

Luca Mattei

¿A qué responden dentro de este proyecto las excavaciones de Atienza?

LM. Para el proyecto era interesante excavar un yacimiento que tuviera gran amplitud cronológica. Aquí hemos tenido suerte porque hemos encontrado muestras desde la fase emiral en la zona del castillo pasando por la fase califal, la fase feudal en el siglo XII y al final llegamos al Cerro de la Judería que es de la última etapa medieval. A partir de la presencia islámica se introducen en la península ibérica una serie de plantas y cultivos y además de nuevas tecnologías asociadas a ellas como el riego, las norias, que vienen de Persia. Nuestro equipo es multidisciplinar. El título del proyecto europeo “Repensando la revolución verde” nos dice que lo que queremos hacer es aportar datos arqueológicos a este fenómeno; por ejemplo si encontramos semillas eso nos indica lo que estas poblaciones comían, lo que cultivaban en el entorno; a través de los pólenes podemos ver como cambiaba el entorno. Cada uno de los especialistas estudian las semillas, los pólenes y las cenizas. De cada elemento que podemos identificar en el yacimiento se recogen muestras y con ese muestreo obtenemos una información.

Luca Mattei, a la derecha, informa sobre las excavaciones en la jornada de puertas abiertas.

¿Quiénes formáis el equipo para llevar a cabo estos proyectos?

GG-C. El equipo de investigación de la Universidad de Granada lo componemos unas 18 o 19 personas. Pero el proyecto europeo “Repensando la revolución verde en el mediterráneo occidental”, en el que se trata de repensar los cambios desde el siglo VI al siglo XVI, se compone de varios grupos de investigación que nos hemos unido a nivel internacional. Ahora mismo entre la gente de la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad de Reading, la Universidad de York, la Universidad de Valencia, la Universidad de Murcia, la Universidad de Basilea y la nuestra de Granada, estamos 87 personas en el proyecto. Eso es lo que se refiere al proyecto general, luego este proyecto se va desgranando en actuaciones concretas. Ahora nosotros estamos excavando en Atienza, otros lo están haciendo en Marruecos, en Cataluña, en Valencia, en Baleares y en Andalucía. La revolución verde es el proyecto amplio, luego de ese proyecto buscamos colaboradores, socios y cofinanciaciones para las actuaciones concretas que hacemos. “Atienza en tiempos de revolución verde” es una actuación concreta dentro del proyecto y cuenta con la cofinanciación regional. Antes de este proyecto tuvimos otro que se llamaba “Paisajes de reconquista”, con ese proyecto habíamos trabajado ya en Atienza y Molina de Aragón. Aquí en Atienza llevamos trabajando desde 2021 y las dos primeras campañas fueron con este proyecto. El proyecto anterior fue “Atienza, testigo de fronteras”, en ese proyecto lo que nos interesaba más era la fase cristiana del yacimiento mientras que ahora nos interesa cubrir toda la cronología.

El sondeo de Albacar.

¿Nos puedes decir en qué han consistidos las excavaciones?

LM. Aquí se han hecho cuatro sondeos con cronología diferente. En el Albacar hemos encontrado vestigios de cronología emiral y del siglo IX al XIII o XIV, hemos encontrado este año un nivel que genera un espacio regular para acantonamiento de tropas. En el sondeo de Santa María del Rey tenemos primero una ocupación de la Edad del Bronce, encima una ocupación del época califal y una construcción que se hace en el siglo XII de un edificio con los muros muy potentes. Y aquí en el Cerro de los Judíos tenemos sondeos datados del siglo XII al siglo XIV. Uno de los yacimientos muestra un entramado urbanístico; de momento tenemos un espacio abierto de calle, un espacio residencial con un patio que da acceso a tres habitaciones distintas. El otro yacimiento pensamos que es un espacio artesanal, un lugar donde se tintaban los textiles y los agujeros que hemos encontrado son las piletas donde estaban los distintos productos para ir lavando las telas, los tejidos, los cueros.

Excavaciones en el Cerro de los Judíos. Visita durante la jornada de puertas abiertas.

En el entramado urbanístico del Cerro de los Judíos aparece un espacio con ceniza. ¿Pudiera corresponder a los pogromos contra los judíos, documentados en Atienza en 1391?

GG-C. Tenemos suficientes datos para afirmarlo, aunque siempre hay un principio de incertidumbre en cualquier investigación científica. Tenemos desde documentación escrita que habla de esos ataques en esa fecha, dataciones de carbono 14 hechas sobre esa ceniza nos dan la misma fecha, así como la datación de la cerámica del momento de la destrucción. Según la documentación, desde esa fecha los judíos dejan de vivir aquí y se dispersan por otras zonas de la villa, o se van a otros sitios, con lo que casi tenemos la certeza que lo que estamos excavando es el momento de la destrucción. De cualquier forma estamos documentando el abandono de este espacio. Es uno de los casos en que fuentes arqueológicas y fuentes escritas parecen compaginarse.

¿Qué tipo de equipo multidisciplinar es necesario para estos proyectos?

CG-C. Todo depende de las preguntas que nos hagamos. Nosotros tenemos un equipo suficientemente amplio para abordar cualquier cosa relacionada con los materiales arqueológicos. Estamos trabajando con temas de clima, de producción, de arquitectura, de consumo. La revolución verde tiene que ver con qué nuevas prácticas agrarias, nuevos cultivos, nuevas formas de gestionar ganado y otras formas de gestionar recursos naturales aparecen. Se introducen con la llegada de los árabes en los siglos VIII, IX y X y luego en los siglos siguientes hay que ver qué cosas cogen los cristianos y cómo las adaptan, las reconvierten y las acondicionan a sus propias necesidades. Por último que cosas quedan hoy en día como herencia en nuestros paisajes. Tenemos especialistas que están trabajando en fauna, en semillas, en cenizas, en cerámica, pero en este caso nos interesa lo que consumían y en qué formas cerámicas lo guardaban.

Recogiendo material en uno de los sondeos.

¿Cómo se selecciona el material en una excavación como esta?

CG-C. El material de aquí lo cribamos en la casa rural de La Riba de Santiuste, que es donde nos alojamos, ya que necesitamos electricidad y una toma de agua. Cuando hay un gran volumen de tierra se hace una porcentaje a coger, por ejemplo un 40 o un 50% del total de la tierra. Intentamos elegir además que no sea de un único punto. Si hay un nivel de incendio de 4 o 5 metros de extensión, no cogemos todo de la misma esquina. Así tienes una representación estadísticamente significativa del total de la muestra. Por protocolos científicos se ha estimado que es suficiente con coger ese porcentaje de tierra. Vas cogiendo un poco pero siempre respetando un principio estratigráfico ya que cada cosa que ocurre en el pasado genera un depósito de tierra diferente. A veces tienes que tener mucho cuidado para diferenciar en función del color, de la textura el tipo de contenido y lo vamos diferenciando con mucho cuidado para decidir de donde se cogen.

Antes se cogía todo, ahora la arqueología entiende que no vamos a conocer el pasado en su totalidad, vamos a conocer un porcentaje del pasado y de la realidad. Son fundamentales las preguntas que nos hagamos y que los métodos científicos consisten siempre en hacer estimaciones sobre porcentajes. Eso nos permite trabajar de una forma más ágil, se trata de recoger la cantidad justa y necesaria de tierra para que el dato sea significativo en términos generales. Esto es un signo de madurez de la arqueología.

¿Habéis encontrado algo que confirme vuestras expectativas?

GG-C. Es muy pronto para responder a las preguntas tan complejas que nos hacemos: el cambio climático, el tipo de poblaciones... Tenemos seis años de proyecto y llevamos aquí tres semanas. Además, por un mes de excavaciones tenemos tres meses de laboratorio. Tenemos ya muchos datos pero son datos en bruto y no tenemos todavía respuestas. Sí sabemos por ejemplo que hay cambios en el tipo de carbones encontrados y por lo tanto se deduce que hay cambios en la forma de explotar el bosque en un periodo u otro, por el tipo de árboles que se están utilizando en cada época. En el Cerro de los Judíos por ejemplo no encontramos huesos de cerdos pero si de ganso, lo que es un signo de que estamos en la judería. Necesitaban un aporte de proteínas diferente.

Guillermo García-Contreras.

¿Qué diferencia hay entre lo que aporta la arqueología y lo que dicen las formas escritas?

GG-C. La arqueología ofrece una serie de preguntas y respuestas que no están nunca en la documentación. La documentación es complementaria pero nunca va a suplantar a la arqueología. En un documento escrito no te dicen que plantaban ni que cultivaban, si era trigo de un tipo u otro. Te dicen cuantos impuestos cobraban sobre el cereal. Hay una serie de cuestiones que solo con el estudio de los restos materiales se puede responder. Incluso hay preguntas que solo nos podemos hacer desde la arqueología como las pequeñas variaciones de clima. Algo que explica por qué en estas tierras se cultivaba olivo o vides, algo que hoy no se da. Eso no aparece en la documentación escrita porque para ellos eso era lo normal. Es como la física y la química, los dos trabajan sobre la misma materia pero responden a las preguntas y se hacen planteamientos diferentes. La arqueología ofrece una imagen mucho más inmediata sobre la vida cotidiana y el tiempo lento de las poblaciones. 

Sabemos por la documentación que la familia bereber Banu Salim llega aquí a Atienza y se hace con estas tierras, pacta con la capital, con Córdoba, y controlan este espacio hasta que los cristianos llegan al Duero, entonces los Omeyas tienen un interés en controlar este espacio de forma más directa ya que no se fían de los bereberes y ponen gobernadores de su cuerda. Eso lo sabemos por la documentación. Ahora bien ¿los bereberes que hay aquí son solo hombres o son familias enteras que llegan en las migraciones? ¿Conviven con los cristianos o todos se islamizan? ¿Y no podría haber en el siglo VIII bereberes cristianos dado que el norte de África estaba cristianizado? Eso la documentación no nos lo puede decir. Tenemos sospechas que aquí en estas tierras existía una población cristiana muy abundante que se sentían andalusíes, tenían una identidad andalusí, comían como musulmanes, vestían como musulmanes pero rezaban como cristianos y se entrerraban como cristianos. Una cosa es que tú tengas el nombre de un gobernador bereber en Atienza y otra pensar que toda la villa estaba ocupada por bereberes. Hasta que no excavemos su cementerio, sus cerámicas, no sabremos que tipo de población era la que vivía aquí. Estas poblaciones son las que deciden como gestionar sus paisajes y territorios. Los cambios climáticos actúan sobre estas poblaciones pero la revolución verde, la decisión de cultivar una cosa u otra y de manejar el ganado son decisiones activas por parte los trabajadores, los campesinos, los artesanos respondiendo eso sí a las exigencias de los poderes. Así que hay que identificar a estas poblaciones porque estas decisiones tienen que ver con sus propias identidades, en función de lo que sienten, de lo que son y lo que deciden representar.

¿Los judíos llegan aquí a Atienza con los cristianos o estaban ya antes?

GG-C. No lo sabemos, pero no es que no lo sepamos aquí, sino que no lo sabemos en todo Al Andalus. Tenemos constancia de que los judíos están en las ciudades, los pueblos y en las alquerías de Al Andalus, porque aparecen sus nombres y ocupan cargos de responsabilidad pero hasta la fecha todavía no se ha reportado por la arqueología población judía en tierra andalusí. Solo se identifican en contextos cristianos, a partir de las conquistas del siglo XI. Puede ser que a partir de estos movimientos de población, los judíos lleguen y se instalen. La sociedad feudal crea barrios de mudéjares, barrios de judíos, entonces en este momento es más fácil identificar. Cuando va avanzando la Edad Media el propio cristianismo a través de reuniones de obispos, de la legislación, se va creando una identidad de lo que si se considera ser cristiano católico y lo que no, surgen las herejías, hay luchas religiosas. En el propio proceso de creación de una identidad cristiana, fuerte y sólida homogénea, las otras identidades también van reforzando sus lazos de identidad. Entonces es más fácil identificar las diversas poblaciones, por nombres, por toponimia, por vestimenta. Por eso en el siglo XII vemos a los judíos con más claridad. En esta judería tenemos un registro arqueológico, tenemos evidencias materiales y documentos que nos dicen que los judíos están aquí desde finales del siglo XII con toda seguridad. Antes no lo sabemos.

Uno de los sondeos arqueológicos donde se aprecia una estancia con ceniza.

¿Es importante saber qué tipo de población había aquí para los objetivos de vuestro proyecto?

GG-C. En nuestro proyecto grande para entender la transformación del paisaje, el que la población sea judía, musulmana, mudéjar o bereber nos importa mucho porque son estas poblaciones las que toman las decisiones acerca de cómo gestionar ese paisaje y qué transformaciones agrícolas implementan pero nuestra pregunta no es si son judíos o no, o en qué momento son judíos, bereberes o cristianos. En nuestro proyecto esta no es la línea importante, nos daría igual no saber si son judíos, musulmanes o cristianos quienes modifican el paisaje porque nuestra pregunta es: en qué momento se modifica el paisaje, si tiene más que ver con decisiones del Estado o de los campesinos y nos da igual si esos campesinos profesan una religión u otra. Si esos campesinos dejan de consumir unos productos y consumen otros y por lo tanto los plantan porque tienen una religión concreta, entonces sí que nos interesa y es importante para nosotros su identidad.

¿Ha variado el clima de aquella época respecto al de la actualidad en la zona?

GG-C. Sí, no en términos de cambio climático como ahora que estamos casi ante un colapso pero sí el suficiente para que sepamos que había viñas y olivos por todos los lados. Nosotros tenemos registros regionales, de todo el Sistema Central, todo el centro peninsular de que hay un periodo cálido en torno a los siglos X al XIII o XI al XIV, en ese periodo central de la Edad Media se da un incremento de las temperaturas y un incremento de las lluvias, lo cual explicaría la adaptación de muchos cultivos que en otra época no se podían utilizar. Luego empieza un periodo frío, lo que se conoce como Pequeña Edad del Hielo, un periodo en el que escasean además las lluvias que empieza en torno al siglo XIII y XIV, eso explica muchas de las epidemias y pestes, problemas económicos. Se cultiva menos, determinados cereales no producen tanto como antes, se pierden unos cultivos...

LM. Se va hacer un muestreo en las cuevas locales analizando las estalactitas ya que se puede reflejar en ellas cada año qué tipo de lluvia o de temperatura había. Porque en función de la temperatura y de la lluvia la precipitación de agua con cal por las grietas que tienen las cuevas se produce a una velocidad u otra. 

Espacio artesanal excavado en el Cerro de la Judería en donde se aprecian varias piletas.

Llevas ya unos años investigando por estas zonas, especialmente el tema de las salinas...

CG-C. Sí, el hecho de que Atienza o Molina de Aragón formen parte de este proyecto europeo se debe al hecho de que llevo muchos años por aquí, hice mi tesis doctoral sobre el poblamiento andalusí con la explotación de la sal. Mi hipótesis de partida y creo que la confirmé, era que la mayoría de las salinas de aquí no son de época romana sino construcciones de la época andalusí en la que se produce una nueva forma de gestionar el medio ambiente. Conciben su forma de ocupar el espacio o los asentamientos, las alquerías o los castillos dentro de una forma diferente y dentro de esa lógica está la producción de sal. Analicé las salinas, su toponimia, los asentamientos centrándome en la parte del Alto Henares en el entorno de Sigüenza y en el valle del Salado.

Recuerdo que hubo cierta polémica cuando presentaste tu tesis, sobre todo en lo que se refiere a la conquista de Sigüenza...

CG-C. Hay varios temas controvertidos con la ocupación de Sigüenza, yo defiendo que en la creación de la villa de Sigüenza en el siglo XII se dio un proceso de colonización por parte de los cristianos liderados por tropas de una élite francesa que hizo una alianza con Alfonso VI primero y luego con Alfonso VII, encabezada por el obispo aquitano Bernardo de Agen. Lo que se produce es la fundación ex-novo de una villa feudal. No es que fuese un lugar en el que no había nada, hay evidencia arqueológica de que había un asentamiento andalusí pero se trataba de una pequeña aldea con una pequeña torre. Eso explicaría los restos de una torre que apareció en la iglesia de Santiago que es una torre de alquería como la que hay en Mojares, en Bujarrabal o en Estriégana, en general como las que hay en toda la Marca Media. Aquí se recupera la memoria de que hubo una sede episcopal en la época visigoda que era la sede de Segontia, una sede que no se sabe donde estaba situada, hay quien defiende que pudo estar en Medinaceli, en la Ermita de Quintanares o en Santa María de los Huertos, en la actual Alameda de Sigüenza. En cualquier caso a don Bernardo de Agen le habían dado el cargo de obispo 20 años antes de que se conquistase el territorio por tropas francesas y castellanas. En 1104 ya estaba en Agen firmando como obispo seguntino cuando el territorio seguía en manos de los andalusíes. Deciden fundar una ciudad en el sitio que mejores condiciones ofrecía para la población que llegaba. Son muchas las excavaciones que ha habido en Sigüenza en la que no aparece ocupación andalusí salvo esporádica. Lo mejor que tenemos hasta ahora es la torre de la iglesia de Santiago. Yo escribí un artículo que se titulada “Destructa atque dessolata” que es como dice el documento en latín que estaba Sigüenza: destruida y desolada, es decir que era un yermo. A partir de ahí lo que no se puede hablar es de que hubiera una conquista de una ciudad andalusí. No hay una medina seguntina que luego se convirtiera en villa feudal ya que hablar de que un asentamiento tenía el título de ciudad o medina supone mucho: tiene que haber un gobernador, un preceptor de tributos, que haya un centro donde se celebra un mercado, que haya una mezquita. Sigüenza nunca tuvo eso, lo tuvo Medinaceli y en algún momento Atienza. El mito de la reconquista es una narrativa recurrente que se reproduce en toda la península, en toda la corona de Castilla y en toda la corona de Aragón y es la forma de justificar de por qué se instalan determinadas élites en territorios que no eran suyos. Un obispo aquitano no tiene predecesores ni cronología para justificar que se apropiara de un territorio y que empezara a exigir a la población pagar un diezmo y decidiera obligar a la población a que le trajera piedra de un sitio a otro para construirse una catedral si no es creando toda una mitificación de que ese territorio era antes de los cristianos. Se necesita justificar que lo que hacen es recuperar un territorio que ya antes era suyo. Los musulmanes que llevaban viviendo allí 400 años más dueños eran de su territorio en cuanto que habían trabajado la tierra,habían decidido donde asentarse, habían gestionado las acequias. ¿Qué había cristianos por esa zona? de eso no me cabe ninguna duda, como podría haber judíos, pero a la hora de identificarse esa población, ellos se sentían andalusíes.

Guillermo García-Contreras y Luca Mattei junto a uno de los sondeos.

¿Tuvo que ver ese proceso con la presencia de salinas en esta zona?

CG-C. Lo que le prometió Alfonso VI a Bernardo de Agen en el valle del Henares, creo que tuvo que ver con el rendimiento de las salinas. De hecho la catedral está montada sobre el diezmo de las salinas. Se dice que uno de los obispos de Sigüenza de la primera época fue capaz de cambiar Castro Urdiales entero, una villa próspera que había en la costa cantábrica, por el rendimiento de las salinas. Había una especulación en aquellos momentos con las salinas, algo parecido a lo que sucede ahora con el bitcoin.

¿Por qué tenía tanta importancia la sal en aquella época?

CG-C. La sal aparte de para el consumo humano, era fundamental porque antes de la época industrial, era el único elemento que podía generar excedentes, junto con el hielo, con la salvedad de el hielo no se conserva igual. Es lo único que te permite acumular, es decir, mato un cerdo pero no para comérmelo en el momento sino que la sal me permite conservar la carne y llevarla a un mercado que está lejos reportando muchos más beneficios. Eso permite especular con la posibilidad de un margen de beneficios mayor a futuro. Eso pasa con todos los productos perecederos sobre todo con la carne pero también con muchos otros; con las frutas, con las mermeladas... Aquí parece que era muy inmediato el rendimiento de las salinas. En la península conocemos algunas salinas que están asociadas a yacimientos romanos pero en las que el aprovechamiento era mínimo, era más la salmuera, el agua salada que pudiera salir de alguna surgencia y alguna pileta, que el concepto de salina tal y como lo entendemos. El concepto de salina supone la extracción de agua, el llevarla con una acequia, llevarla a un campo de cultivo, que se gestione estacionalmente y luego el secado en piletas. Todo eso está muy relacionado con la agricultura de regadío que traen los musulmanes, con todos estos cultivos que introducen y con las acequias. Yo he llegado a la revolución verde desde las salinas. Otra gente viene desde las semillas, desde la fauna, yo me he convertido en director de un proyecto sobre este asunto pero mi punto de partida fueron las salinas. Lo vinculo porque además, este tipo de salinas tiene unos condicionantes medioambientales, geológicos, como la exposición al sol, el viento, la temperatura, que no se dan en Europa como tampoco se da la agricultura de regadío. No las tenemos en Francia, no las tenemos en el norte de Italia, no las tenemos en Grecia, donde hay unas condiciones climáticas similares a las de la península ibérica. Pero están en el norte de África, están en Baleares, en Sicilia. Creo que todo viene de la mano de ese proceso de la revolución verde. Luego está la toponimia: Bujalcayado viene del árabe, están las salinas de Armallá en Tierzo y Armallá significa salinas en árabe...Yo creo que todo viene de la mano de ese proceso de la revolución verde. Salinas romanas hay en toda Europa pero las salinas romanas en general están en sitios en que tu inversión de trabajo para poder hacer unas salinas no implica simular la agricultura de regadío, sino implica una estructura, una infraestructura de obras típica de los romanos. En la costa atlántica tenemos por ejemplo en Vigo, las salinas de O Areal, es una salina romana con una infraestructura típica con sus canales y su acueducto pero aquí ni en los valles del Salado ni en la zona de Molina las veo de ese tipo, El problema con las salinas es que no podemos excavar directamente porque a partir de Carlos III, para generar más beneficios, se manda profundizar las salinas y extenderlas, con lo cual si había una salina andalusí a cierta cota se ha perdido porque se ha hundido y se ha extendido a los lados. Entonces cuando uno ve las salinas de la Olmeda, las de Imón, las de Bujalcayado, las de Carabias, las de Rienda, cuando uno va andando por el terreno siempre nota que hay un rehundimiento incluso metros antes de llegar a las salinas con lo cual no tiene mucho sentido hacer excavaciones directamente en las salinas porque el registro arqueológico de haberlo se ha quedado más alto. Por eso tenemos que afrontar el estudio de esta manera conceptual.

Por último Guillermo nos habla de un proyecto de hermanamiento que todavía está en ciernes.

CG-C. Ahora estamos detrás de lograr un hermanamiento porque otro de los yacimientos que tenemos en el proyecto está en Medina Elvira que es una ciudad islámica de la primera época andalusí, está en Atarfe, el lugar donde está la acequia gorda donde murió el Doncel de Sigüenza. Estamos detrás a ver si la alcaldesa que es del mismo signo político que la de Sigüenza, se conocen y se produce algún tipo de hermanamiento entre ciudades y podamos hacer un ciclo de conferencias sobre el Doncel en la Vega de Granada. Además es que yo estoy yendo y viniendo de un lugar a otro, cuando termine las excavaciones de aquí me voy a excavar a Atarfe.

 

Viñeta

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