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En los archivos parroquiales se han ido conservando, a lo largo de los siglos, la historia de las familias de cada localidad. Estos archivos hacían las veces del Registro Civil, ya que éste no se creó en España hasta mediados del siglo XIX (en 1841 para grandes poblaciones, y 1871 para el resto). Así, en ellos encontramos recogidos la información básica de las personas que estaban adscritas a cada parroquia: nacimiento (en las partidas de bautismo, donde además encontramos el nombre completo, con indicación de los ascendientes hasta de segundo grado), casamientos, confirmaciones, defunciones, etc.

En el caso de Sigüenza, estos archivos están custodiados en el Archivo Histórico Diocesano, consultable libremente previa cita con el archivero responsable. No obstante, y como es natural, la cita debe concertarse dentro del horario laboral del archivero, que suele coincidir con los horarios laborales del resto, poniendo un primer escollo a su acceso. Si a ésto sumamos el hecho de que muchos seguntinos hemos tenido que salir de nuestra ciudad para buscar trabajo en otros lares, la visita a este archivo se hace francamente difícil.

Pues bien, de nuevo gracias a las nuevas tecnologías, se han podido romper estas barreras y actualmente se ofrece un acceso en línea las 24 horas del día, los 365 días del año. Los responsables: FamilySearch.

A principios de la década de los 90 visitaron este archivo unos delegados de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, también conocidos como los mormones. Con el compromiso de poner en acceso abierto todos los archivos, llegaron al acuerdo de microfilmar y digitalizar parte de los legajos que se encuentran en el Archivo Histórico Diocesano de Sigüenza. Finalmente, todo ese material está disponible para su consulta en la página web www.familysearch.org. Si accedemos a dicho sitio web, y previa identificación (es totalmente gratuito), podemos comenzar nuestra búsqueda. Comentaré a continuación los pasos básicos a seguir para comenzar la investigación.

En la parte superior veremos el epígrafe “Buscar”. Al pinchar sobre él se abre un desplegable con varias opciones, entre las que está “Catálogo”. Una vez dentro del catálogo se ofrecen varias opciones de búsqueda, la más sencilla para nuestro propósito es buscar por lugar. Si introducimos “Sigüenza” nos saldrán todos los documentos que tienen relacionados con nuestra tierra.

La parte más interesante la encontraremos dentro del epígrafe “Church records”, o registros de la iglesia. Al entrar en este apartado encontramos una primera selección del material disponible: Asuntos matrimoniales no apostólicos, Copias de partidas sacramentales, Dispensas matrimoniales, Matrimonios apostólicos y Registros parroquiales de las tres parroquias seguntinas. En este último apartado es donde encontraremos las partidas de bautismo, fuente principal para iniciar una investigación sobre los antepasados.

El primer, y no pequeño, problema que encontramos es que la descripción de los documentos es muy deficiente. En ocasiones encontraremos que bajo el epígrafe “Confirmaciones” encontramos bautismos, o que las fechas contenidas no coinciden con las indicadas en el epígrafe, por eso es conveniente no fiarse demasiado de esta primera información y entrar a cada apartado a tratar de ver lo que contiene realmente.

Para iniciar la investigación, lo mejor es acceder el índice de bautismos de la parroquia que nos interese. Si conocemos la fecha de nacimiento de uno de nuestros antepasados (un abuelo, por ejemplo), deberemos buscarlo. Estos índices están hechos por orden cronológico, y en ellos se apunta la fecha de nacimiento (mes y año), el libro en el que encontraremos la partida de bautismo y el folio que la contiene dentro de ese libro.

Una vez encontrada esta primera partida, es cuestión de repetir la metodología. Como decía antes, en las partidas de bautismo se incluían los nombres de los padres y los abuelos paternos y maternos, con lo que tendremos información suficiente para ir buscando estos nombres en los índices e ir retrocediendo en el tiempo.

Se trata de un trabajo entretenido, laborioso, que consume horas, pero si te gustan estas investigaciones, también resulta tremendamente disfrutable.
Yo, por mi parte, he investigado mi rama familiar materna, los Ángel, pues me constaba su pasado seguntino. He llegado hasta finales del siglo XVII, cuando un soriano llamado Miguel Ángel llegó a Sigüenza para casarse con la seguntina María Latorre. De este matrimonio nació en 1696 Pedro Ángel, mi octabuelo, o el tatarabuelo de mi tatarabuelo.

Ha sido bonito conocer mis raíces, saber de dónde venimos. Pero tan importante como saber de dónde venimos ha sido entender que todos en el fondo, somos de ningún lado del todo, y de todos los lados un poco.

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Viñeta

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