La Plazuela en las redesVideos de La Plazuela

Ermita del Humilladero

El Archivo Histórico Nacional conserva un plano de la ciudad firmado por Ramón Sierra y fechado en diciembre de 1807 que refleja los edificios construidos y la distribución de los mismos. El nuevo Parador, sus oficinas, la Casa de la Pastelería, la Casa de la Tahona y “el sitio del nuevo hospital que junto con las tres oficinas anteriores componen lo que antes era el Cuartel”. No falta la representación del Nuevo Paseo y Alameda.

La intención era trasladar el Hospital de san Mateo a otro lugar más alejado del recinto amurallado para tratar mejor a los pacientes y evitar el contagio de las enfermedades, según las indicaciones recibidas de don Benito Bails, Director de Matemáticas de la Academia de San Fernando, “individuo de las Academias Españolas de la Historia y de las Ciencias Naturales”.

En la solicitud del permiso para su construcción, el prelado comunicó al Consejo Supremo de Castila, el 23 de noviembre de 1807, que la obra estaba muy adelantada y que sólo restaba hacer las divisiones para oficinas. Enterado el Consejo acuerda que informe el Ayuntamiento si el terreno del Cuartel pertenece al público de la ciudad y si sus caudales contribuyeron a su construcción.

La Corporación responde, el 4 de diciembre de 1807, que el terreno era público, que fue cedido al Sr. Obispo, que pagó 3000 reales de vellón, 500 por los olmos y 2500 por el sitio para las casas y cuartel. Este edificio estaba expuesto a arruinarse por el no uso. También que el probable paso de la carretera a Navarra y Cataluña aconsejaba la construcción de un mesón “que ha hecho tan magnífico que apenas se encontrará otro igual en la carretera así como la Pastelería y Tahona”. Posteriormente fue cuartel y después fábrica de luz eléctrica.

Gregorio Moreno fue nombrado Guarda de Plantíos en 1805 y elevó  una queja sobre su sueldo por tener que guardar “tres mil y más” árboles, además de hacer hoyos y plantación. El salario era de cuatro reales “y en el día haberle señalado diez cuartos y medio” como sus antecesores que tenían menos trabajo. En marzo de 1809 utiliza la palabra “enemigos” para referirse a los franceses que hasta ese mismo año habían entrado en Sigüenza diez veces, saqueando los bienes de la ciudad y destrozando el Plantío. Dos años antes, le habían rebajado un real y pretendía recuperar el sueldo. Vuelve a insistir en junio de 1811 para que al menos le reconozcan el trabajo. Tenía que regar las Alamedas “a cántaros” incluidos los árboles sitos en el término del Ojo y custodiarlos”. Habla del “gran desorden de las tropas del estropicio que al suplicante le están haciendo”.

Don Bernardo Hualde presenta un memorial en el que se ofrece, a sus expensas, formar un campo de asientos “en toda la tirantez del Paseo de la Alameda contiguo a los árboles”. La ciudad se haría cargo de suministrar a pie de la obra “todas aquellas losas de piedra viva y sean necesarias” con la exigencia  de devolución del decreto de aceptación, en 1811.

Don Carlos Gil, de Madrid, compró el terreno por 9500 reales frente a la Alameda para construir un grupo de casas conocidas como Casas Nuevas, en 1857. El trabajo abundaba y el 1 de junio de 1860 se puso un coche para hacer el servicio de Sigüenza a Guadalajara y viceversa. El presupuesto municipal de 1861 tiene consignados 10000 reales para reparación del Paseo de la Alameda y recomposición del Paseo de la Estación de Ferrocarril. Se contempla “un aumento del gasto de alumbrado en 1000 reales más, a los 5000 que se presupuestaban por haber hecho extensivo aquél, al paseo de la Alameda y el de la extensión de la vía férrea con la colocación de 12 farolas cuyo coste se calcula en 2600 reales”. La adquisición de árboles es objetivo prioritario “hallándose los paseos muy escasos de árboles para la plantación indispensable en los mismo de 600 árboles, se calculan 3000 reales en vez de los 400 que en años anteriores se invertían”.

En el presupuesto municipal para 1859, en el de Gastos, capítulo 10, obras de nueva construcción “atendida la necesidad de reparar el Vía Crucis y su traslación a sitio más cómodo y a propósito del que hoy existe, por construirse en el mismo el ramal de la carretera del Alcolea del Pinar a esta ciudad, se calculan por dicha obra, según relación nº6, 1438 reales”.

La extensión urbana tenía que continuar por el norte. El ayuntamiento, al frente del cual estaba don Santiago Gil, solicitó a la Dirección General de Bienes del Estado la adjudicación a la ciudad de los denominados terrenos de la Nación, comprendidos entre el puente y la Estación, en enero de 1863, para facilitar la ordenación del espacio que junto a los terrenos particulares constituirían una zona más acorde con la época.

La compañía ferroviaria M.Z.A. formalizó el encargo de retratar todas las estaciones de la línea de Madrid a Zaragoza al fotógrafo francés Jean Baptiste Laurent y Minier, establecido en Madrid desde 1844. La ciudad de Sigüenza le tuvo que llamar la atención al impresionar una vista general sin que aparezcan las instalaciones ferroviarias. En la fotografía, de 1862, se pueden apreciar los límites de la Alameda que no coinciden con la configuración actual.

El previsible aumento de visitantes obligaba a ofrecer unas instalaciones dignas y atractivas. En el presupuesto del año económico 1864 a 1865 se destinan 2820 reales en jornales y materiales para varios asientos de sillería para el Paseo público de la Alameda.  El recinto del Cuartel ocupaba también un espacio con fuente y barbacana barrocas, que todavía existen, y que unía dos espacios ajardinados de niveles distintos. Se destinan 2500 reales para la reparación de la fuente de la plazuela del Cuartel, jardín que en julio de 1894 estaba al cuidado de don Pedro Moreno, dueño del edificio contiguo “sin que por ello no deje de pertenecer al ayuntamiento”. La Corporación le pide la llave del depósito de agua para el riego autorizado siempre por los guardas de la Alameda. Le sugieren la desaparición del cierre de entrada y sustituirlo por una puerta “con lo cual desaparecería la idea de que está vedado el entrar a pasear o sentarse en dicho sitio”.

Historia de la Alameda de Sigüenza I

Historia de la Alameda de Sigüenza II

No hay comentarios

Viñeta

Archivo de humor gráfico:

• Galia

• JMC

 

 

 

Ediciones de La Plazuela - El Afilador

¡Nuevo!
Agotado