La sombra de la Torre del Gallo (10 de agosto de 2010).
En el mes de septiembre anunciamos que la sombra de la torre del Gallo se acababa de esfumar. Y dijimos que en abril volvería. ¿A qué nos referíamos?
Las iglesias cristianas, desde época medieval y anterior, se orientan con la cabecera apuntando al Este. Es la llamada orientación litúrgica, de fuerte contenido simbólico (“del oriente viene la luz”), que es un tema extenso y fascinante. A efectos de este artículo, lo que nos interesa saber es que esa orientación es aproximada: en el caso de la catedral de Sigüenza, el eje de la nave central, coincidente con el de la girola y el Altar Mayor, se desvía del oriente exacto en unos 12 grados y medio de arco en dirección norte (es decir, su azimut es de unos 77.5º, en lugar de los 90º que corresponderían al Este). Es sabido que esos errores se debían al momento en el que se planteaba la iglesia sobre el terreno, cosa que se hacía con la ayuda de la sombra de una estaca al amanecer, hecho que permite saber el día del año en el que se hacía el planteamiento teniendo en cuenta el movimiento aparente del astro sobre la esfera celeste con el paso de las estaciones.
Recorrido de la sombra al amanecer en abril y en agosto.
Por su construcción, la linea imaginaria que une la Torre del Gallo con la Torre del Reloj es paralela al eje central de la iglesia, es decir, tiene la misma desviación respecto al Este geográfico. En cuanto al recorrido del sol, hay una parte del año en la que el astro se situará al amanecer más al norte que la linea de azimut 77.5º que une las dos torres y otra parte en la que esa posición estará más al Sur. Concretamente, en el solsticio de verano (junio) el sol está al amanecer en azimut 54º (un NE, más o menos), mientras que en el de invierno está en 129º (un SE). Pero lo más interesante es que hay un momento en el año, un día exacto, en el que el sol, en su posición en el horizonte al amanecer, cruzará la prolongación de esa linea imaginaria que une las dos torres, que es la misma, no lo olvidemos, que la de la orientación global de la iglesia. Es decir, en ese día, el sol ocupará exactamente la posición 77.5º respecto al Norte en el horizonte. O dicho de otro modo: podemos utilizar la Torre del Gallo como “estaca” y deducir que el día del año en que su primera sombra caiga sobre la Torre del Reloj exactamente coincidirá con el que, en un remoto momento del siglo XII, alguien clavó una estaca sobre lo que era un descampado entre las, entonces, dos pueblas seguntinas para empezar los cimientos de lo que hoy es el edificio más imponente de la ciudad. Esto ocurre en abril, a mediados aproximadamente, aunque el cálculo no es exacto debido a que el horizonte oriental desde la visual de la catedral no es plano y recto, sino que hay relieve, árboles y edificios que complican el cálculo. Y de nuevo ocurre en agosto, cuando el sol está volviendo ya en su recorrido a sus posiciones invernales, con lo cuál tenemos dos fechas candidatas.
Recorrido de la sombra al amanecer a final de junio.
En todo caso, solo entre esos dos momentos es posible la proyección de la sombra de la Torre del Gallo exactamente sobre la fachada oriental de la Torre del Reloj, dando lugar a un pequeño espectáculo astronómico de gran belleza. Entre mediados de abril y mediados de agosto, el sol, al amanecer o muy poco después, arrojará por unos minutos la sombra de la elegante torre delgada de tejado a cuatro aguas sobre el robusto bastión almenado. Unos minutos, alrededor de una media hora en realidad: el recorrido diario del sol sobre el cielo no es en un plano vertical sobre nuestras cabezas, sino que sigue un ángulo según el cuál a medida que avanza el día su posición se hace más alta pero también más meridional. Es decir, la sombra rápidamente “se fuga” de la torre del reloj hacia la balaustrada entre las dos torres principales y de ahí enseguida hacia el Norte.
Cabe añadir adicionalmente que, en todo ese periodo de unos cuatro meses en el que es posible observar la sombra de una torre sobre la otra, es en los próximos días (y en agosto) cuando la sombra será lo más alta (larga) posible, casi tanto como la Torre del Reloj: a medida que se acerque el solsticio, con el sol alto en la cúpula del cielo, la sombra se irá haciendo progresivamente más corta, para volverse a alargar pasado el solsticio. Por tanto sugiero que no se pierdan el espectáculo, que empezará en una o dos semanas. A partir de las ocho de la mañana, desde la Plaza Mayor, media horita nada más. Y es gratis, oiga. Dan cafés también. Aunque eso ya se paga.