Llegamos al final de la serie de artículos dedicados al corzo, espero que a los lectores les hayan servido para conocer un poco mejor a este vecino que llegó no hace mucho tiempo para quedarse con nosotros.
En primer lugar, vamos a ver cómo llegó hasta nuestra comarca el pequeño corzo. Fue a principios de la década de los 80 del siglo pasado cuando el corzo incremento sus poblaciones en la zona norte de la provincia a causa de varias repoblaciones procedentes de la Reserva de caza del Sonsaz, situada en la Sierra de Ayllón. Debido a la escasez de depredadores naturales y a la tendencia natural de dispersión de los machos jóvenes, las poblaciones fueron ocupando toda la comarca de la Sierra Norte de Guadalajara. A partir de ese momento el interés cinegético y económico del corzo aumento y, por supuesto, esto condicionó alguno de los factores que llevaron al aumento de sus poblaciones.
Estos factores los podemos dividir en dos tipos: Factores directos, en los que se interviene el interés de las sociedades de cazadores, y factores indirectos, que son los que provocan la sociedad en su desarrollo. Entre los factores directos están las repoblaciones, el manejo de los hábitats para favorecer el asentamiento de la especie y la reducción de los depredadores naturales (lobo, zorro, águila real). Entre los factores indirectos se encuentran el cambio de los ciclos productivos y de las plantaciones agrícolas, la trasformación del monte al disminuir el aprovechamiento humano, la reducción de los rebaños, de ovejas y cabras principalmente, y la disminución de la presión humana debido a la despoblación de la comarca. Si a todo este le añadimos como ya vimos en los artículos anteriores la gran capacidad de adaptación del corzo a nuevos territorios tenemos ya la explicación de porque hay tantos corzos en nuestra comarca.
Corzos en la nieve.
Ahora bien, este aumento de la población de corzos empieza a causar algún que otro problema sobre todo a agricultores y conductores. Para los agricultores el problema viene dado porque los corzos tienden a comerse los brotes tiernos de las cosechas ocasionando perdidas en la producción y para los conductores la cantidad de accidentes que provocan, sobre todo en carreteras secundarias, con altos costes que implican, más aún desde que se reformo la ley de tráfico. Según la DGT la primera causa de accidente en las carreteras comarcales de la provincia de Guadalajara es la colisión con corzo.
Como hemos indicado anteriormente desde mayo de 2014, con la reforma de la Ley de Tráfico, en caso de atropello de especies salvajes cinegéticas la responsabilidad de los daños causados pasó a ser del conductor del vehículo siniestrado, aunque este no haya cometido ninguna infracción. Salvo que el atropello sea como consecuencia directa de una acción de caza llevada a cabo el mismo día o doce horas después, en este caso el responsable es el coto, o que el siniestro se haya producido como consecuencia de no haberse reparado una valla de cerramiento en el plazo estipulado o que la carretera no disponga de la señalización específica de animales sueltos en tramos con alta accidentabilidad, en cuyo caso la responsable es la administración. Es importante señalar que la mayoría de los accidentes se producen en los meses de dispersión de los machos o en la época de monterías.
Corzo atropellado.
Lo cierto es que el corzo es muy importante desde el punto de vista económico de los cotos, como ejemplo podemos indicar que en una sociedad de caza muy conocida en nuestra comarca el rececho del corzo esta temporada se cobra a 1.450 € el primer corzo con garantía de abatir un ejemplar. Además de todos es sabido que el cazador de ahora no responde a la idea de cazador que se tenía antes, una persona que salía con su escopeta de uno o dos disparos y su perro a patear el monte, cazar algunas piezas y vuelta a casa a disfrutar de esas piezas abatidas en la cocina. Ahora lo único que importa es el trofeo, en el caso del corzo su cuerna, y eso provoca un importante desequilibrio entre hembras y machos de las poblaciones de este ungulado. Y aquí es donde se tiran los trastos entre las sociedades de caza, que dicen que es culpa de la administración por la falta de vigilancia en el cumplimiento de la normativa y por las cuotas de capturas que les asignan, y los técnicos de la administración, que indican que los datos aportados por los planes de ordenación cinegética que deben aportar cada 5 años los cotos no siempre se corresponden con la realidad de la población que está asentada en ese territorio.
Y aunque muchas asociaciones de cazadores en los últimos años se están proclamando como necesarios para el control de las sobrepoblaciones de especies, la realidad es que durante muchos años la caza como se puede apreciarse no ha solucionado el problema de las sobrepoblaciones sino todo lo contrario lo ha ampliado y provocado, con repoblaciones o cebándolos en épocas de escasez de alimentos para que no se marchen de esa zona donde está ubicado el coto.
Estudios realizados concluyen que España la sobrepoblación del corzo en algunas provincias se debe principalmente a una mala gestión por parte del sector cinegético y de la administración. Estos estudios establecen que la ratio máxima de una población sana y equilibrada con ejemplares en plenitud física debería de ser como máximo de 1 macho por cada 1´5 hembras y que por lo tanto sería necesario realizar una caza selectiva de los machos más viejos o débiles y no de los machos en plenitud física que son los poseedores de los buenos trofeos, así como la caza de hembras viejas. Esta gestión controlaría las poblaciones y las mejoraría genéticamente, pero claro no habría tantos buenos trofeos de los que presumir.
Corza con crías.
Resumiendo: ¿cómo se puede evitar las sobre poblaciones de especies como el corzo? En primer lugar, es necesario que se respeten los ecosistemas autóctonos, bosques, praderas, ríos, etc. cada día más mermados y escasos, se deben mantener y proteger las poblaciones de depredadores naturales, se debería regular y cambiar la forma actual de cazar, en la que es más importante el trofeo ocasionando la muerte de los machos reproductores que tienen una mejor dotación genética y que deja una gran cantidad de hembras reproductoras que ayuda al crecimiento exponencial de la especie degradando a su vez la genética de la misma, y por supuesto prohibiendo cualquier tipo de repoblación.
Bibliografía:
Enciclopedia virtual de los vertebrados españoles. Museo Nacional de Ciencias Naturales. CSIC
Fauna Ibérica. Félix Rodríguez de la Fuente. Editorial Salvat.
Mamíferos de España. Juan Carlos Blanco. Editorial Geoplaneta.
Guía de Mamíferos Terrestres de la Península Ibérica y Baleares. Benjamín Sanz y José Vicente Turón. Editorial Prames ediciones.
Mamíferos de España. Francisco J. Purroy y Juan M. Varela. Editorial Lynx.
Corzos. Paulino Fandos y Daniel Burón. Editorial Ceval studio.
Texto y fotos: Javier Munilla