Ningún otro país nos produjo tanta aprensión a la hora de programar el viaje, y tantas dudas sobre lo que realmente podríamos encontrar en Sudán. Es un país del que se tiene poca información y conocimiento dado el aislamiento en el que ha estado de la esfera internacional en las últimas décadas. No existe ninguna guía turística en nuestro idioma, y solo pudimos conseguir algún folleto en Fitur, y las referencias encontradas en Internet.
Pirámides de Meroe.
El país ha sufrido en las últimas décadas un régimen político de dictadura encabezada por la organización Hermanos Musulmanes en alianza con los militares. Así mismo ha tenido dos guerras civiles latentes, una en la zona de Darfur y otra en la que se llama ahora Sudán del Sur. En este último caso, y mediante un referendo se convirtió en el primer país creado en el siglo XXI. Todo esto le ha creado una serie de sanciones y boicots de la comunidad internacional.
En la actualidad, y después de unos pocos años de democracia, los militares dieron un nuevo golpe de estado, que disolvió el parlamento y puso como presidente a un militar. Todos los lunes, y en las ciudades importantes, se producen manifestaciones en contra del régimen, disueltas por los militares y con resultados a veces mortales.
Para un viaje seguro, recomendamos que no se visite la zona de Darfur, ni tampoco las regiones limítrofes con Sudan del Sur, Son zonas en las que existen muchas armas y podríamos tener algún susto. La temporada mejor para hacer el viaje es desde noviembre a marzo, por las temperaturas. Abril, mayo y junio son los meses mas calurosos, pudiéndose llegar a 50 grados. La época de lluvias va desde julio a septiembre. El país tiene algunas carreteras asfaltadas, pero otras son pura arena, y en las ciudades pequeñas y pueblos la calzada es de tierra.
Para poder viajar a Sudán se necesita una carta de invitación, expedida por la embajada sudanesa, que se presenta a la llegada a Jartum para que te den el visado. El coste de esta carta de invitación es de... 1.000 euros.
Nubios saludando.
Sopesando estas dificultades decidimos ir al país. Nos encontramos un país muy diverso, con unas gentes agradables, generosas y sobre todo acogedoras. La aprensión inicial se convirtió en pena a la hora de partir, desde Jartum hasta la frontera con Egipto, a lo largo del Nilo, y llegando a la costa son los lugares mas seguros del planeta. Visitar Sudán es una experiencia memorable.
Nuestra primera etapa del viaje fue la capital, Jartum, donde visitamos la maravillosa confluencia del Nilo Blanco con el Nilo Azul, mezclándose para seguir por el desierto hasta Egipto. Visitamos el Museo Arqueológico Nacional con innumerables tesoros del pasado faraónico. Podemos ver fuera del edificio principal un templo entero, con jeroglíficos y pinturas originales, construido por la reina Hatsheput, dentro de una estructura de uralita. Por desgracia, algunas veces, la dejadez hace estragos en estas maravillas. Dentro de la estructura hay un palomar y a la vez que vemos maravillosas figuras esculpidas y pintadas con los colores originales, también vemos el alcance de los excrementos de paloma por todo el suelo y encima de esas pinturas, es una pena. Se nota que no lo han limpiado nunca.
En Jartum también visitamos el gran mercado, donde se encuentra de todo, tan colorido, tan autentico, preciosa la zona de venta de oro y plata. Otro mercado que visitamos es el de la pesca procedente del Nilo, con peces enormes y un olor peculiar.
Mercado de pesca del Nilo, en Jartum.
Dentro de la ciudad preguntamos si existía alguna iglesia cristiana, y nos llevaron a la catedral católica, edificio del siglo XX y muy concurrida.
Catedral católica de Jartum.
También pudimos ver iglesias coptas y etíopes. Fuera de la capital el culto cristiano es muy minoritario y solo en algunas zonas tribales africanas. Visitamos el cementerio de Jartum donde están enterrados varios santones sufíes. Todos los sábados del año, por la tarde, hay una ceremonia derviche de danza y música donde se concentran muchos devotos que en muchos casos entran en trance, también hay algunos santones actuales y el espectáculo es tan genuino como maravilloso. Como no hay turistas, te aceptan y no les importa que les fotografíes.
Ceremonia sufí en cementerio de Jartum.
También visitamos la tumba del Mahdi. Mi única referencia de Sudán desde muy joven era la pelicula “Jartum” protagonizada por Charlton Heston y Laurence Olivier. Esta película tiene contenido histórico y está muy cerca de la realidad.
El Mahdi, o “el Esperado” un visionario que proclama la guerra santa contra los infieles y la dominación de Sudán por parte del Imperio Otomano a finales del siglo XIX. Reúne un ejercito que en unos años se hace con el control de todo el país y asedia la capital, Jartum, al mando de su defensa está un insigne militar británico, Gordon, que termina con la ocupación de la ciudad y la muerte de Gordon, al que se le cortó la cabeza y le fue presentada a el Mahdi. Este gobernó el país con mano de hierro hasta su muerte unos meses mas tarde, y su sucesor prosiguió con su régimen hasta que una fuerza anglo egipcia terminó con el estado Mahadista. En la tumba del Mahdi que visitamos esta el cuerpo pero no la cabeza, ya que el militar británico que ocupo el país le corto la cabeza y uso su cráneo como tintero como represalia por el trato dispensado a Gordon.
Mercado de camellos a 30 kilometros de Jartum.
Partimos de Jartum hacia nuestra siguiente etapa, hacia el sur, al desierto de Bayuda, la parte oriental del desierto del Sahara, por una carretera asfaltada, aunque sin casi ningún vehículo. Una primera parada nos llevó a Dóngola, capital del reino de Makuria, uno de los reinos cristianos que existieron en Sudán entre los años 580 y 1.450 d. c. estos reinos se extinguieron por el empuje del Islam, convirtiéndose los últimos reyes a la fe musulmana. Los restos arqueológicos se centran en una iglesia, la residencia real y un viejo monasterio, todo muy deteriorado aunque con una ubicación maravillosa, sobre una colina que domina todo el Nilo.
Entrada a una casa copta.
Después de esta etapa, nos adentramos ya en la región de Nubia donde están varios “Patrimonios de la Humanidad” de la Unesco. Las antiguas civilizaciones nubias, los reinos cusitas, o Reinos de Kush, reinos de los faraones negros, etc, distintos nombres para señalar la misma civilización.La historia de estos reinos se puede dividir en tres etapas distintas, la primera con capital en Kerma, y en los que apenas quedan restos arqueológicos.La segunda sería el reino de Napata, ya fuertemente influenciada por la civilización egipcia, adoptando los dioses y la escritura de estos. También empezaron a realizar enterramientos reales en pirámides y la construcción de templos. El tercer reino sería el de Meroe, con cierta diferenciación de la civilización egipcia.
Visitamos varios emplazamientos de la zona de Napata, primero un conjunto de pirámides en El Kurru. Esto es un conjunto de pirámides pertenecientes a reyes y reinas y varios templetes funerarios anexos a ellas. Se pueden visitar dos cámaras funerarias dentro del complejo, las dos con pinturas en excelente estado de conservación. El resto fueron escavadas por arqueólogos, catalogadas y vueltas a tapar, para evitar saqueos y vandalismos.
Interior camara funeraria de tumba en el Kurru.
Templo de Amón en Napata.
Muy cerca de allí, nos encontramos con varios templos construidos en honor a Amón, con columnas, pinturas y esculturas muy bien conservadas a los pies de la montaña sagrada de Gebel Barkal. Al oeste, a un kilómetro, visitamos un conjunto de pirámides muy bien conservadas, pertenecientes a familias reales. A última hora, es maravilloso subir la montaña sagrada, y ver atardecer desde arriba, con vistas excepcionales y con una puesta de sol que se pone justo entre aquel grupo de pirámides. Toda esta zona está situada a la altura de la cuarta catarata del Nilo. Debemos indicar que todas estas actividades las hicimos completamente solos, sin ningún turista y ni siquiera apareció el vigilante que debería estar allí para, por lo menos, proteger las cámaras funerarias.
Pirámides cerca de montaña sagrada dedicada a Amón.
Montaña sagrada de Amón.
Atardecer en las piramides de Amón.
Al día siguiente partimos hacia el conjunto de pirámides de Nuri, construidas en el otro margen del rio y desde el que se divisa la montaña sagrada de Amón. Conjunto espectacular, con pirámides bien conservadas y necrópolis fundada por el rey Taharqa, mencionado en el antiguo testamento por su triunfo sobre los asirios. Seguidamente nos dirigimos al Nilo, a la altura de la cuarta catarata, donde fue construida una presa. La catarata no existe ya, pero se han formado muchas islas, en una gran extensión de agua, márgenes del rio muy verdes, aves acuáticas, playas maravillosas sin fin. En algunas de las islas se ha construido algún restaurante y es maravilloso estar comiendo entre tanta vegetación y el canto de los pájaros. La pena es no poder disfrutar de una bien merecida cerveza. El alcohol sigue estando prohibido en todo el país.
Pirámides de Nuri.
Nilo, 4ª catarata.
Nilo, 4ª catarata.
El mismo día fuimos al conjunto arqueológico mas famoso de todo Sudán, las pirámides de Meroe.
Los reinos nubios estaban en constante conflicto con los faraones egipcios, y si en un periodo eran ellos los que ocupaban parte del alto Egipto, en otras etapas eran los egipcios los que dominaban las tierras nubias. Por este motivo los reyes nubios trasladaron la capital del reino mas al sur, entre la 5ª y 6ª catarata del Nilo, en la isla de Meroe, actualmente el cauce del rio que rodeaba la isla está seco. El Nilo está a 5 kilómetros.
Pirámides de Meroe.
Llegamos por la tarde e inmediatamente fuimos a ver las pirámides. Existen tres cementerios con pirámides en la zona. Los dos primeros los visitamos en ese momento y pertenecen a varios reyes, reinas y familia real. Los dos conjuntos son maravillosos, aunque las pirámides no están bien conservadas. El atardecer entre las pirámides, nosotros solos, en esas colinas en mitad del desierto, te crea un sosiego y una sensación de placer infinito que no se puede describir. Es posible, para la gente que le guste, acampar a 15 minutos de allí, y conciliar el sueño viendo esas pirámides, con luna llena mucho mejor. Nosotros optamos por alojarnos en un hotel, con vistas también, en la lejanía, de las pirámides. Hotel que consistía también de tiendas de campaña, pero con cama, y con cuarto de baño privado. Eso si, este estaba a varios metros de cada tienda.
Al día siguiente, y de camino a visitar los palacios,y templos de Meroe, paramos para visitar el tercer cementerio. Aquí las pirámides son más pequeñas y pertenecen solo a altos dignatarios y sus familias, pero no a las familias reales.
En esta etapa de la civilización de los reinos nubios, alejados ya de Egipto, se creo una nueva escritura, no del todo descifrada hoy en día, y un nuevo dios, representado por el León.
Existen en Sudán un total de 255 pirámides que se conozcan. Las proporciones físicas difieren notablemente de las construidas en Egipto. Las pirámides reales tienen una altura de entre 10 y 30 metros.
Tanto en Meroe como en el resto de los “Patrimonios de la Humanidad” de la Unesco, el grado de conservación es deplorable, la vigilancia de estos tesoros prácticamente no existe, y nos encontramos con grafitis tanto de viajantes europeos de los dos últimos siglos, como actuales, grafitis raspados en pinturas de colores originales, de miles de años, irrecuperables, realmente es una pena. También el expolio de trozos de relieves y pinturas. La Unesco podría dedicar sus recursos a proteger todo esto y poner coto a estos abusos y dejadez absoluta.
Todas las pirámides tienen, orientados al este, un pequeño templo funerario, ricamente decorado con relieves y pinturas. Las cámaras funerarias están debajo de la pirámide. Se accede a estas cámaras desde una entrada escalonada a unos metros, en el exterior. Los reyes tenían tres cámaras, y las reinas solo dos. Nunca existían cámaras dentro de la estructura de la pirámide. Al contrario que las de Egipto, en las que la cámara funeraria estaba dentro de la estructura piramidal.
Relieve en templo de Meroe.
Todas las pirámides fueron saqueadas en la antigüedad. Aunque según los relieves encontrados, las momias estaban ricamente cubiertas de joyas y oro.
En 1834, un saqueador italiano, del que no quiero dar el nombre, pensando que estas pirámides tenían en su interior las cámaras funerarias y sus tesoros, se dedicó a demoler varias de ellas en Meroe, utilizando pólvora. Una de ellas, la perteneciente a la Reina Amanishajeto la destruyó hasta los cimientos, y al final encontró la cámara y las joyas reales. Actualmente estas joyas están en varios museos americanos y europeos. Igual que muchas esculturas, relieves, etc. Existen grabados árabes del siglo XVIII en el que aparecen las pirámides de Meroe conservadas, y con sus cúpulas intactas. Ahora, gracias a este tipo de “aventureros”, están todas medio desmoronadas.
Templo de Meroe.
Templete nubio-romano en Meroe.
Visitamos seguidamente varios templos con esculturas, relieves, pinturas, bastante bien conservados, de la última época meroítica, con influencias helenísticas y romanas que completaron ese magnifico último día por estas maravillosas tierras regadas por el rio Nilo. Te das cuenta que donde hay agua hay vida, y aquí se ve en todo su esplendor.
Jartum moderno.
Ya con la mirada puesta en la vuelta a Jartum y después a casa, no podemos sino recordar con nostalgia todo lo vivido, las maravillas visitadas, el efecto de sentir que dejas amigos que no volverás a ver, el sentimiento que tienes en ese momento de querer seguir el viaje pero que el adiós es definitivo.
Ceremonia sufí en el cementerio de Jartum. Ver video.