El cronista provincial recibió el Premio Princesa de Éboli 2025 en una edición que recuerda a los grandes personajes representados en las 23 ediciones del festival.
El Festival Ducal de Pastrana arrancó el viernes, 27 de junio, con un acto inaugural en el Palacio Ducal, que combinó historia, homenaje y celebración popular. La villa, que desde el año 2000 recrea su pasado renacentista a través del teatro, la música, el arte y el compromiso ciudadano, vivió una noche marcada por la emoción y la memoria.
La ceremonia de inauguración fue conducida por Javier Gumiel, director artístico del Festival, con su habitual solvencia teatral. Gumiel presentó los personajes históricos y ficticios que han marcado todo este tiempo.
Gumiel hilvanó con solemnidad y una cuidada carga simbólica la evocación de los personajes históricos más representativos del linaje ducal y de la vida espiritual e intelectual de la villa. “Hoy celebramos la historia dentro de la historia”, afirmó, recordando los 25 años de trayectoria, con 21 ediciones presenciales, una virtual y otra aplazada, y rindiendo homenaje no sólo a quienes protagonizaron los siglos dorados de Pastrana, sino también a todos aquellos que han hecho posible revivirlos sobre el empedrado de sus calles.
Fueron desfilando, así, los nombres y figuras de los grandes protagonistas, desde el maestre calatravo que obtuvo el privilegio de villazgo en 1369, hasta Simuel Francés, representante de la comunidad judía expulsada en 1492; Ana de la Cerda, promotora del palacio-fortaleza; la Princesa de Éboli, doña Ana de Mendoza, eje del relato histórico y sentimental del Festival; y su esposo, Ruy Gómez de Silva, valido de Felipe II y primer duque de Pastrana. A ellos les siguieron sus hijos y nietos, mecenas, políticos, militares, religiosos, mujeres marcadas por la tragedia o la devoción, como Ana de Silva y Mendoza, que eligió el claustro tras un destino quebrado. La evocación se cerró con las figuras místicas de Teresa de Jesús, fundadora de los conventos carmelitas de la villa, y San Juan de la Cruz, maestro de novicios en el convento de San Pedro. También se recordó a la singular Catalina de Cardona, la eremita que intentó imponer una vida aún más austera que la de los descalzos.
Por su parte, Inmaculada Taravillo, en su calidad de presidenta de la Federación de Asociaciones que organiza el evento, recordó el espíritu que ha animado a esta celebración desde sus orígenes. “Un año más nos reunimos para celebrar nuestra historia, la que vivieron nuestros antepasados y la que hacemos nosotros al revivirla. Durante estos 23 festivales hemos dado vida a los personajes que dejaron huella en nuestra villa, y con ellos hemos paseado por el tiempo”, señalaba ayer.
“El festival —dijo— es el resultado del esfuerzo coral de muchas personas. Voluntarios, asociaciones, músicos, artesanos, actores, costureras, vecinos de Pastrana y de otras localidades, niños y mayores. Princesas de todas las edades, Felipes II de diferentes rostros, monjas, nobles, soldados, mercaderes, criadas y obispos. Todos han puesto su grano de arena para que hoy podamos celebrar esta nueva edición con orgullo”, señaló la presidenta de la Federación.
El alcalde de Pastrana, Carlos Largo, quiso subrayar el valor colectivo de esta cita cultural, destacando su capacidad para proyectar el presente de la villa tanto como su historia. “Este festival no es solo una celebración del pasado, sino también una plataforma desde la que seguir mostrándonos al mundo. Durante estos días, Pastrana tiene la oportunidad de volver a ponerse en el mapa de esa España despoblada que, por desgracia, aún sigue olvidada”, afirmó.
Largo agradeció el trabajo y la implicación de todos los que han hecho posible esta nueva edición, con una mención especial a la Federación de Asociaciones de Pastrana, integrada por la Asociación de Damas y Caballeros, la Coral La Paz y la Banda de Música, “auténtico motor humano del Festival”.
El alcalde dedicó también palabras de admiración al cronista provincial Antonio Herrera Casado, galardonado este año con el Premio Princesa de Éboli. “Su trabajo incansable ha permitido que generaciones enteras conozcan y aprecien la riqueza cultural de nuestra villa ducal. Su dedicación y pasión son un ejemplo para todos. Con este premio no solo reconocemos su trayectoria, sino también su valiosa contribución a la preservación y difusión de nuestro patrimonio. Esperamos que su ejemplo inspire a otros a seguir trabajando por la cultura y la historia de Pastrana y de nuestra provincia”, afirmó, dando pie a la entrega de la estatuilla que simboliza el galardón, y que él mismo puso en manos del cronista, reconociendo, así, su inabarcable labor de investigación, divulgación y defensa del patrimonio histórico y cultural de Pastrana, de la Alcarria y de toda la provincia de Guadalajara.
“Quiero dar testimonio de mi alegría y de mi agradecimiento al alcalde, Carlos Largo, y a la corporación municipal de Pastrana por haber considerado que merezco este galardón”, comenzó diciendo Herrera Casado, con la contención que lo caracteriza.
El premiado valoró el premio también por la altura de quienes lo han recibido en ediciones anteriores —como José Antonio Suárez de Puga, Ciriaco Morón, Almudena de Arteaga o Esther Alegre—, lo que, en sus palabras, “lo hace aún más valioso a mis ojos”.
Con la sencillez de quien ha dedicado su vida entera a mirar con profundidad, Herrera Casado rememoró su primer encuentro con Pastrana en su juventud. “Me impresionó su plaza majestuosa y, sobre todo, su urbanismo medieval. Desde entonces, han sido muchas más las visitas, y en cada una de ellas he admirado algo nuevo y me he sorprendido con algún detalle no visto antes”, dijo. De ese vínculo nacieron libros como 'Pastrana, villa principesca', 'Pastrana, paso a paso' o la 'Guía para encontrar a la princesa de Éboli', así como también múltiples encuentros culturales en congresos, tertulias, ciclos de conferencias... “las noches veraniegas en los jardines del colegio de San Buenaventura con los Martín Gamero”, o los recitales de medianoche en el atrio de la Colegiata, donde —recordó con hondura— vio caer “herido por el rayo de la muerte” al poeta jadraqueño José Antonio Ochaita.
Con ese hilo invisible que une las palabras con la vida, el cronista afirmó que todos esos momentos, sumados, “constituyen una vida, y me dan la certeza de que he conocido, admirado y disfrutado de Pastrana, hasta el punto que creo, sinceramente, que debería ser yo quien hiciera homenaje a esta villa”. Según declaró en la tarde de ayer Herrera Casado, en el Palacio Ducal, “este reconocimiento me da la oportunidad de dar las gracias y de reafirmar, una vez más, mi pastranerismo militante”.
Con una mirada cargada de historia, evocó la Pastrana que se construyó “siglo a siglo, gente a gente”, hasta convertirse, dijo, en “una joya de la ciudadanía universal”, dejando caer —como al pasar— una alusión a la conveniencia de impulsar la declaración de la villa ducal como Patrimonio Mundial de la UNESCO. En su ilustrado pregón, definió Pastrana con poesía, tirando del repertorio de su admirado Ochaita: “De puntillas estás sobre tu barro, Pastrana, circundada en melodías”. Utilizó, igualmente, unas endechas del mismo autor, dedicadas a la Princesa de Éboli para dejar en Palacio unas pinceladas literarias sobre Doña Ana: “Señora, la mi princesa, que en la corte de Pastrana fuisteis una estrella grana bajo un cielo turquesa”.
Herrera Casado cerró su intervención con la humildad de los sabios. “No sé si mis palabras han sido capaces de expresar lo que siento. Estoy entrando en una estancia vital en la que los recuerdos se opacan y solo queda, como esencia de la sabiduría, la conciencia de que algo aprendí, aunque ya no pueda detallar el cómo”, dijo. Muy al contrario de lo que quiso sugerir, con la modestia real que sólo poseen los grandes, su discurso fue recibido con un largo y cálido aplauso. Quedó flotando en la plaza la certeza de que Pastrana, en realidad, se estaba reconociendo a sí misma a través de las palabras de uno de sus más grandes conocedores.
El Festival Ducal continúa durante todo el fin de semana con representaciones históricas, mercado artesanal, espectáculos de calle, música y visitas teatralizadas, consolidándose como una de las citas culturales más importantes del verano en Castilla-La Mancha. Declarado Fiesta de Interés Turístico Regional en 2021, este evento es hoy también un símbolo de identidad colectiva para la villa.
“Que vuesas mercedes tengan buen tiempo entre nosotros y nos acompañen en este paseo por la historia”, concluyó el acto con el saludo tradicional de la corte pastranera, abriendo de forma oficial una nueva edición de este viaje al Siglo de Oro que es el Festival Ducal. Acompañando a los pastraneros en la inauguración, estuvieron la senadora Monse Rivas, el diputado regional Nacho Redondo, y numerosos alcaldes y concejales de localidades vecinas y hermanas entre otras autoridades locales, provinciales y regionales.