La Plaza Mayor, con poca gente pese a ser sábado, recibió los sones de las dulzainas, tamboriles y bombo, todos alumnos de la escuela de dulzaina. Yo esperaba sentado ese momento, tomando un café en los Soportales, soplaba un poco el aire, y al oír las primeras notas creo, y no exagero, que el tiempo mejoró, al menos salió el sol.
En perfecta formación de arco se dejaron ver, quietos para las fotos, mientras un sonido muy conjuntado se extendía por toda la plaza alcanzando la catedral y aledaños. Jorge Sopeña aprovechó para hablar de la semana musical a su grupo de visitantes guiados al paso por allí. Rozando la una de la tarde salieron en pasacalles de la plaza parando en el Ángel y el Agus y continuando a la Paris a refrescar el gaznate. Luego en directo bajaron Guadalajara y tomaron Valencia para llegar al Torreón. En el precioso patio nos ofrecieron gran variedad de piezas durante el vermú.
Destaco el pasodoble “Labros”, del director del grupo Antonio Trijueque, en honor al pueblo del mismo nombre, al que tanto cariño tienen los dulzaineros por ser grandes conservadores de las tradiciones. Me encanta ese pasodoble. Como dice su autor, hay que seguir creando mientras mantenemos la música de siempre. Y cómo tocaron, cómo sonaron, una delicia. ¡Bravo a todos ellos! Otra buena mañana de la Semana de la Música en Sigüenza.
23 de noviembre de 2019. V Semana de la Música en Sigüenza.