La familia de Buen salió de España prácticamente con una mano delante y otra detrás, algún dinero en efectivo y poco más, las carencias de la distribución de alimentos en Francia y su carestía les hicieron pasar momentos difíciles.
En 1937 a Odón se le había incoado un expediente en Zaragoza por oposición al triunfo del movimiento nacional, dándole dos días para presentarse a declarar. Si hubiera tenido conocimiento del requerimiento, le habría sido totalmente imposible acudir, ya que en ese momento se encontraba preso en Palma de Mallorca. Ante su incomparecencia se incautaron de todos sus bienes en su pueblo natal, Zuera, su casa, el patio, los muebles (su despacho lo adquirió el párroco del pueblo)… aunque los libros no pudieron ser confiscados, pues ya habían sido quemados por los falangistas en la plaza pública en uno de los primeros días del “Alzamiento Nacional”. Aquel mismo día su busto, obra de su gran amigo Mariano Benlliure, que presidía el Grupo Escolar Odón de Buen inaugurado por otro de sus amigos, Miguel Primo de Rivera, fue arrastrado por las calles y terminó en una carbonera del ayuntamiento. Hoy, restaurado, preside el nuevo CEIP Odón de Buen de Zuera.
Poco después se incautaron de su casa de Madrid y las de sus hijos, así como sus cuentas bancarias y, como colofón, fue expulsado de la escala de catedráticos por las autoridades rebeldes.
Tras la ocupación alemana de Francia, Odón y su familia quedaron en la zona de la Francia de Vichy. Intentaron mantenerse unidos allí durante algún tiempo; pero la familia comenzó a disgregarse, pues una nieta partió hacia Chile.
Odón recibe un inmenso mazazo sentimental al fallecer su mujer, Rafaela Lozano Rey. Tres de sus hijos, Demófilo, Rafael y Fernando, parten para distintos lugares de América. En abril de 1942 Odón, la mujer de Rafael, un hijo de esta con su esposa y su hijo pequeño toman un paquebote que los lleva a Casablanca. Viajan en 4ª clase, aunque durante la travesía contratan un camarote para su nuera y el niño pequeño.
Permanecen diez intranquilos días en esta ciudad perteneciente al protectorado francés de Vichy bajo autoridad alemana. El 30 de abril embarcan en el transatlántico portugués Nyassa con destino a Veracruz.
La travesía fue un descanso para ellos y para todos los exiliados españoles que constituían una buena parte del pasaje. En esa nave fueron bien tratados y alimentados; así como atendidos por algunos médicos españoles que formaban parte del contingente de exiliados. El exilio de médicos españoles a México se calcula en casi 500, y a estos hay que sumar los que fueron a Argentina, Venezuela, Colombia, Chile, Cuba, Puerto Rico y otros lugares de Hispanoamérica, Estados Unidos, Europa o el Norte de África, más los que sufrieron el exilio interior, por el que no podían ejercer en su ciudad ni en plazas principales.
En el trascurso del trayecto Odón recuperó su humor y dio dos conferencias al pasaje sobre delfines, peces voladores, medusas… así como infinidad de explicaciones informales a todos los que tenían alguna inquietud sobre el océano o sus especies. Durante aquel viaje, Odón consumó un sobrio acto para arrojar al mar la Legión de Honor que le había concedido años atrás la República Francesa, en un extraordinario símbolo de protesta por el maltrato infligido por ese país a los refugiados republicanos.
Su hijo Demófilo y su mujer Paz, que por ese tiempo vivían en Panamá, fueron a recibirles a Veracruz. Más tarde Odón se instalará en la ciudad de México, mientras que la familia de Rafael se reunirá con él en Nicaragua, donde ejercía de profesor de Ciencias Naturales en el Instituto de Oriente de la ciudad de Granada (Nicaragua).
Al poco Odón se traslada a Morelia (Michoacán) donde vive su hijo Fernando, viudo como él, con sus hijos, y la viuda de Sadí (hermana de la fallecida mujer de Fernando) con los suyos, en total 6 nietos alrededor del abuelo. Fernando de Buen Lozano (1865-1962), oceanógrafo como él, era profesor de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y director y fundador del Laboratorio Limnológico del Lago Pátzacuaro.1 La de San Nicolas de Hidalgo fue una Universidad acogedora con los exiliados españoles, pues también impartieron sus conocimientos la filósofa María Zambrano y el químico Juan Xirau, entre otros.
En 1943, Odón publica en Buenos Aires Síntesis de una vida política y científica, simplemente unas notas autobiográficas. Además, escribe algunos artículos para Ciencia, Revista Hispano-Americana de Ciencias Puras y Aplicadas, editada por su antagonista Ignacio Bolívar, revista que supo mantener un buen nivel profesional durante muchos años. En esta revista publicaron trabajos los físicos Blas Cabrera o Arturo Duperier y muchos otros científicos españoles exiliados e hispanoamericanos.
Su situación personal empeora cada día que pasa. Se lamenta amargamente acerca de su economía y describe que vive “no en la miseria, pero sí en la penuria”. La cuestión de los recursos no hacía sino sumarse a sus problemas de salud, ya que, además de la diabetes, las cataratas nublaban sus ojos y le impedían disfrutar de la lectura y la escritura, pasiones cardinales de su vida.
En 1947 mejoró en parte su situación, ya que la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE), una de las organizaciones que trataban de ayudar a los exiliados, le envió el subsidio que le habían prometido y que esperaba desde tiempo atrás.
Al año siguiente intenta publicar dos libros, uno sobre su estancia en prisión y una Historia de las ciencias Naturales en España y América. El primero fue rechazado por la cantidad de memorias de la guerra española que inundaban el mercado, el segundo fue aceptado; sin embargo, no llegó nunca a publicarse.
La familia de su hijo Fernando se traslada a México DF y Odón con ellos, allí le operan de las cataratas, consiguiendo una mayor comodidad durante algún tiempo. En julio Mussolini es destituido y Odón alberga esperanzas de que ocurra algo similar en España con Franco.
Durante los primeros meses de 1944 se alojó en casa de su hijo Demófilo; pero al poco, como la altitud de la ciudad de México no le sentaba bien, viajó a Cuernavaca para descansar una corta temporada.
Los acontecimientos de la guerra europea se suceden vertiginosamente, el 6 de junio de 1944 se produce el desembarco de Normandía, en agosto la liberación de París… El 2 de mayo de 1945 Odón de Buen y del Cos fallece en el Sanatorio Español de la ciudad de México a los 81 años. Ese mismo día los alemanes entregaron Berlín al Ejército Soviético y se rindieron en el Norte de Italia.
Odón de Buen inició su edad adulta como político progresista y social, y poco a poco se fue transformando en un activista de la política científica española, europea y mundial.
Las grandes aportaciones de Odón de Buen no se encuentran entre los importantes logros científicos individuales; aunque tiene varias especies catalogadas con su nombre, sino en el ámbito educativo, en el organizativo y en el impulsor de la Ciencia.
La Universidad española se encuentra en deuda con Odón de Buen por introducir la enseñanza moderna de las Ciencias Naturales, que supuso el abandono de las arcaicas clases memorísticas, acogiendo los laboratorios y las excursiones a la Naturaleza como base de un enfoque más científico. También tuvo un papel destacado en la introducción de Darwin y su teoría evolutiva en los estudios universitarios de nuestro país. Así mismo, participó en la incorporación de la Geología, que defendía un planeta en evolución constante, frente al creacionismo estático imperante en las aulas.
El reconocimiento mundial debería recaer con justicia sobre de Buen, uno de los pioneros en el campo de la Oceanografía; pero sobre todo porque desempeñó un papel fundamental en la promoción de la colaboración científica entre las naciones. Entendió que los océanos no tenían fronteras y que solo a través de la cooperación internacional se podrían desentrañar sus secretos.
En España su mayor aportación fue la creación del Instituto Español de Oceanografía, con el que realizó campañas importantes de determinación de la fauna marina y conocimiento del medio físico y químico de nuestros mares y los circundantes.
Los que le conocieron le recordaban como una persona de gran amabilidad y consideración, una buena persona (en el buen sentido de la palabra bueno, como diría don Antonio). Dotado de una simpatía natural que le ayudó a abrir muchas puertas y ganar voluntades en su principal objetivo: el desarrollo científico, económico y social de España. Sin lugar a duda, fue un gran patriota que colaboró con los gobiernos de turno, sin importarle si se trataba de monarquía, dictadura o república, su afán se concentró en la investigación básica del mar, la mejora de las condiciones de los pescadores, la modernización de la industria pesquera española y el desarrollo económico sostenible del mar.
Fue perseguido por los Nacionales por ser masón, republicano, liberal, libre pensador, ateo y marxista (aunque esto último no lo fue). La persecución franquista se extendió a sus hijos e incluso al Instituto Español de Oceanografía (el IEO), al que llevó a uno de los primeros puestos internacionales y que durante la Dictadura fue relegado a organismo de segunda categoría.
En la España de hoy, Odón de Buen es prácticamente un desconocido. Isaac Peral o Ramón y Cajal tienen un merecido homenaje en el nombre de innumerables calles, plazas, colegios, hospitales… por toda España. Odón de Buen solo es recordado por una plaza y un colegio de primaria en Zuera, su pueblo natal.
El Franquismo se encargó de borrar de la memoria a los científicos republicanos y de hacer creer a los españoles que, después de las grandes figuras de la segunda mitad del siglo XIX, la Ciencia española dejó de tener valor. Pero nada más lejos de la realidad, algunos historiadores han bautizado a esa generación como la Edad de Plata de la Ciencia Española por su brillantez y aportaciones científicas que apuntaban hacia un nivel de primer orden en la Ciencia mundial, progreso que quedó tristemente amputado por la Guerra Civil.
Es frecuente señalar que la Guerra de la Independencia fue el mayor desastre sufrido por nuestro país en los últimos tres siglos. Si nos atenemos a la España de los últimos cien años, el mismo efecto devastador, sino mayor, tuvo la última e incivil guerra española, que se llevó por delante a medio millón de españoles, destruyó la industria, la ganadería, la economía… la Universidad y la Ciencia españolas. Hasta los años 90 del siglo pasado, la Ciencia española no consiguió recuperar su impulso con la intención de salir de la mediocridad. Pero este empuje no fue suficiente pues, en la segunda década de nuestro siglo XXI, sufrió un nuevo zarpazo, del que aún hoy sigue renqueante, producido por el formidable error de economistas cortoplacistas que creen erróneamente que las crisis se arreglan simplemente con recortes, pues, si lo que se quiere es solucionarlas, es necesario eliminar las causas que las han hecho posibles, para lo que son imprescindibles las reformas.
Para saber más: Calvo Roy, Antonio. Odón de Buen: toda una vida. Ediciones 94, 2ª edición, 2014
Diseño del futuro Buque Oceanográfico Odón de Buen. Imagen: Unidad Tecnológica Marina, Centro Mediterráneo de Investigaciones Marinas y Ambientales (CMIMA). Ministerio de Ciencia e Innovación. Gobierno de España.
1 La Limnología es la rama de la Ecología que estudia los ambientes acuáticos continentales: lagos, lagunas, ríos, estuarios…
Odón de Buen, pionero de la oceanografía mundial, 1
Odón de Buen, pionero de la oceanografía mundial, 2
Odón de Buen, pionero de la oceanografía mundial, 3