Es la primera vez que la banda, parada y con director, ha ofrecido un ramillete de magníficas obras procesionales en un recinto tan estupendo como la iglesia de las RR. Ursulinas.
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Adiós a Emilio Fernández-Galiano
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- Redacción
El 29 de marzo de 2025 nos dejó a los 63 años nuestro amigo y colaborador Emilio Fernández-Galiano Campos.
Emilio, caracterizado por su espíritu jovial, rasgo que apreciamos todos los que tuvimos la fortuna de conocerle, estuvo toda su vida vinculado a Sigüenza, considerándose un seguntino de adopción.
Hijo de Antonio Fernández-Galiano, primer presidente preautonómico de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, falleció tras luchar durante más de un año con una grave enfermedad.
En sus años jóvenes fue uno de los primeros integrantes de la peña Pepinillos de la ciudad, peña que todavía existe en la actualidad. Siempre vinculado al dibujo y la pintura, su verdadera vocación, colaboró con nuestro medio y con su medio antecesor El Afilador, con sus viñetas en las que aportaba su particular mirada sobre temas tanto generales como locales.
En sus últimos años se dedicó con más dedicación a la pintura. Colaboró con el Ayuntamiento de Sigüenza siendo profesor de pintura en la Escuela de Arte de Sigüenza y donó obra suya al municipio.
Los integrantes de La Plazuela lamentamos esta pérdida y queremos expresar nuestras condolencias a su mujer María Teresa, a sus hijos Emilio y Helena, a sus hermanos, hermanos políticos, sobrinos y a todos sus innumerables amigos.
Como homenaje a su persona reproducimos a continuación una entrevista que le hicimos con motivo de una exposición de sus viñetas en El Gurugú de la Plazuela de Sigüenza en el años 2013. A continuación publicamos una pequeña muestra de las viñetas que publicó en El Afilador y en La Plazuela.

Entrevista con Emilio Fernández-Galiano en La Plazuela. Año 2013
“Intento ver la realidad desde un lado más humorístico que esperpéntico”
Emilio Fernández-Galiano, seguntino de adopción, colaborador de La Plazuela y de su antecesor El Afilador, es sobradamente conocido por nuestros lectores tanto en su faceta de pintor como en la de dibujante de viñetas. Con motivo de su exposición en “El Gurugú de la Plazuela” de Sigüenza, dedicada a las caricaturas y viñetas que publicó en los años 80 y 90 en los periódicos El Heraldo de Aragón y El Periódico, La Plazuela habló con él sobre su trayectoria en el campo del dibujo gráfico.
¿Cómo empezaste en el mundo del dibujo y en especial en el del dibujo humorístico?
Desde que tengo memoria me veo con un lápiz en la mano. En el colegio hacía caricaturas a los profesores y la verdad es que no me regañaban demasiado e incluso se quedaban con ellas. A los 18 años, antes de empezar la carrera empecé ya a moverme por algunos medios. En uno de los primeros sitios en los que publiqué fue en la revista Sal y Pimienta, de la mano de José Alcoceba. También lo hice en una revista de coches y en el As color de la misma época. Continué colaborando con revistas sectoriales. En Sigüenza hice un cartel del año 1987 muy emblemático para la peña "Los Pepinillos" a la que pertenecí, un cartel que se sigue colocando en su local durante las fiestas.
¿Cuál ha sido tu trayectoria como dibujante en los medios de comunicación?
Cuando me fui a vivir por motivos profesionales a Zaragoza, empecé a colaborar de manera más profesional en periódicos. Primero lo hice en El Heraldo de Aragón, el típico periódico de provincias muy acomodado. Luego me llamaron de El Periódico de Aragón, donde me ofrecieron mejores condiciones económicas. Allí hacía la contraportada que era a color, me gustaba mucho el reto de hacer dibujos a color. En este medio empecé a hacer dibujos deportivos, políticos y contraportadas. Fue en el periodo desde 1988 hasta 1995. Luego vuelvo a Madrid, dejo de colaborar en prensa y empiezo a absorberme más a la pintura. Pero como es un vicio lo del dibujo lo retomé cuando surge El Afilador en 2004. Ahora colaboro, además de en Nueva Alcarria donde les hago un chiste a la semana. Estas son colaboraciones más desinteresadas pero que no dejan de llevar su trabajo.
¿Cuál es el secreto de tus viñetas porque aparte del dibujo también incluyen un aspecto periodístico? ¿Cómo es el proceso de creación?
Yo siempre he tenido alma periodística porque también me gusta escribir, transmitir y opinar. Para hacer una viñeta lo primero es escoger un tema, un tema de actualidad que puede ser de la prensa o de internet. Ese es uno de los mayores problemas, escoger el tema. Una vez escogido se trata de darle un guiño humorístico, satírico, sarcástico. En eso contamos con el beneplácito del espectador o del lector porque tiende a perdonarnos una visión más irreverente y más desenfadada que en el caso de la escritura. Yo creo que hay gente que abusa de esa posición pero a mí me gusta ser prudente e intento no pasarme en lo que es la sátira. Yo intento ver la realidad desde un lado más humorístico que esperpéntico. Se podría considerar algo de autocensura, yo creo que es por responsabilidad y por respeto.
¿Has sufrido algún tipo de censura en tu trabajo?
Nunca, ha podido gustar más o menos el tema escogido, el tener una inclinación ideológica no necesariamente compartida con todos, pero que yo recuerde nunca me han censurado nada. En los periódicos me han dado alguna orientación en ciertas ocasiones pero la verdad es que es un oficio en el que te desenvuelves con mucha libertad, a lo mejor de ahí viene la autocensura porque te dan tanta libertad que tienes que dosificarla. Con los dibujantes los medios son muy respetuosos.
¿Cuándo dibujas para un medio concreto, por ejemplo en La Plazuela, tienes en cuenta cuál va a ser tu público?
Aunque no siempre se pueda, intento hacerlo, por ejemplo en La Plazuela intento sacar temas locales. Además en las ciudades pequeñas los temas locales pueden ser muy conflictivos. Lo que hago es coger temas de los que habla cualquiera en un bar tomando una caña, intento dar una visión más sencilla, que el guiño humorístico no sea excesivamente sofisticado sino que sea fácil de entender. Sé que hay muchas personas mayores que leen La Plazuela, tampoco les puedes poner un jeroglífico. A veces incluso parto de ideas de amigos a los que les pido permiso para utilizarlas para un chiste.
¿Empleas las nuevas tecnologías para el dibujo?
A veces las utilizo pero no quiero perder el aspecto artístico e intento conservarlo. Ahora en La Plazuela, como es a color, los coloreo con ordenador y es como si tuviese la acuarela al lado. De hecho, en ocasiones los apoyo con acuarela. Pero intento que haya una aportación artística, que no sea todo mecánico. Nunca la máquina podrá sustituir al caricaturista o al dibujante, podrán ayudarle sin duda pero sustituirlo no.
¿Has tenido y tienes algún maestro en el dibujo?
José Luis Cantero fue el primero que me ayudo a esbozar una caricatura, a esbozar unos trucos. El vio que tenía alguna habilidad. Fue mi primer profesor y mi mejor maestro, es un pintor y dibujante conocido que hizo ilustraciones para ABC. De los dibujantes actuales Gallego y Rey me han influido muchísimo, los que más. También Ibáñez, el de Mortadelo y Filemón, por ejemplo las manos que hago son muy de Ibáñez. Una de las cosas que más me gusta de él es la movilidad que le da a las manos. Ahora hay dibujantes muy buenos, como El Roto, Peridis... En la historieta me gustan Mortadelo y Filemón, Tintín y Asterix. Me parece de un gran mérito pero yo nunca he hecho comic. Quizá sea porque tengo mucho trabajo y para hacer cómic hay que dedicarse por completo. A mí me pasa como a muchos artistas en España, que no puedo vivir solo del arte, si hubiera tenido un mecenas que me hubiera permitido dedicarme solo a esto a lo mejor me hubiera metido en el mundo del comic. Aunque probablemente hubiera invertido más en pintura porque me llena más. Hago bastante ilustración, también me gusta hacer logotipos; para un grupo de amigos, para una empresa que me encarga hacer su imagen. Ahí empleo más las nuevas tecnologías pero con todo, cuando hay una aportación más artística estoy más contento con el logo.
¿Una imagen dice más que mil palabras?
En ocasiones sí, aunque yo creo muchas veces se complementan. A mí me gustan las dos cosas, la imagen y la literatura. Yo hago un mix por ejemplo ahora en Nueva Alcarria, hago un chiste y lo comento, no recuerdo que nadie más lo haga. Lo hago en una sección que se llama “La raposera”.
En mis dibujos siempre he tratado de ser bastante objetivo y siempre me ha preocupado el no ofender a nadie, mi humor es un humor complaciente, dulce. Un ejemplo: antes de que eligieran al papa Francisco, era el número anterior de La Plazuela, todo el mundo estaba hablando de la fumata blanca, de los papables, etc. También estaba el tema de Bárcenas, el sinvergüenza tesorero del PP. Dándole vueltas se me ocurrió mezclar las dos cosas, porque es un recurso ese de mezclar dos temas de actualidad y a veces salen cosas muy divertidas. Salía una fumata blanca por el fondo y aparecía Bárcenas en el balcón en la Plaza de San Pedro del Vaticano, seguías subiendo, subiendo la mirada y entre las nubes aparecía Dios con su típico triángulo en la cabeza contando billetes. A alguna gente que se lo comenté y me pusieron pegas yo les rebatía diciéndoles ¿pero Dios no tiene sentido del humor? Al final no hice esa viñeta por respeto y para no ofender los sentimientos religiosos de nadie. Yo soy muy respetuoso con todas las sensibilidades, los religiosos y los no religiosos. Aunque con los sinvergüenzas como están saliendo en la clase política no tengo ningún pudor. Lo que pasa es que pagan justos por pecadores, en todos los sectores hay gente sinvergüenza y gente honrada. Lo que ocurre que en política los sinvergüenzas parece que envuelven al resto. Yo creo que hay muchos políticos honrados, como por ejemplo el alcalde de Sigüenza al que, por una norma del partido le quitaron el sueldo que le correspondía por el escaño en el parlamento regional y tuvo que compatibilizar su actividad volviendo a dar clases.