A pocos días de las elecciones municipales, publicamos esta entrevista con Clara Leal de Santamera, que se presenta, junto con Ana Sánchez de Santamera, a las elecciones en Riofrío del Llano (municipio del que Santamera es pedanía), como independiente en las listas de Izquierda Unida.
Los problemas del pequeño pueblo de Santamera que en esta entrevista salen a relucir son, con sus variantes, los mismos que se padecen en muchos otros lugares de la región: falta de entendimiento entre el ayuntamiento y los vecinos, falta de apoyo a los posibles nuevos habitantes, empadronamientos misteriosos antes de las elecciones, promoción de grandes proyectos turísticos y económicos que dan de lado o directamente perjudican los intentos de recuperación de formas de vida más tradicionales o el simple deseo de los jubilados de retirarse a vivir en la tranquilidad de su casa en el pueblo.
¿Cuánto tiempo llevas viviendo en Santamera y a qué te dedicas?
Ocho o nueve años ya. Entre mi compañero y yo llevamos el rebaño de cabras de la asociación “La Taina”, hacemos quesos, tenemos huerto y gallinas.
¿Cómo es que te viniste a vivir a Santamera?
Antes vivíamos en Romanillos de Medinaceli. Teníamos ya un pequeño rebaño de cabras, gallinas, una perra y una gata y nos vinimos todos aquí.
Habíamos conocido a gente de esta parte de la sierra de Guadalajara y participábamos con nuestros quesos en ferias de la zona y en otros encuentros. Poco a poco nos fueron viniendo ganas de venirnos para acá. Conocíamos a Maxi Navarro y a Samuel Bartolomé, que habían fundado en Santamera la asociación “La Taina” con más gente, tenían unas pocas cabras, gallinas, cerdos y estaban aprendiendo a hacer queso. En un momento en que les venía bien contar con más gente, nos decidimos a venir, y con esta nueva ilusión se reavivó el proyecto.
Otra cosa que nos animó es que en Santamera había entonces unas condiciones muy buenas gracias a la buena disposición de los vecinos y del ayuntamiento. A todos les parecía estupendo que el pueblo no se quedara vacío y que hubiera gente joven habitándolo de nuevo. Los vecinos nos acogieron, salvo raras excepciones, con los brazos abiertos, y cedían a la asociación sus viejas tainas o sus antiguos huertos, que cobraban vida de nuevo. El ayuntamiento, por su parte, se mostró siempre abierto y colaborador.
Es esa actitud de apoyo del ayuntamiento a la gente que vive o quiere vivir en Santamera lo que ha ido desapareciendo a partir de las pasadas elecciones, y es ese cambio el que nos ha llevado a presentarnos en estas.
Cuéntanos un poco más en qué consistía ese apoyo de los vecinos y del ayuntamiento
Lo primero, ayudaban a instalarse a vivir en el pueblo. En estas zonas despobladas, encontrar dónde vivir es un problema muy gordo. Aquí ahora mismo solo hay dos viviendas en alquiler: en una vive Ana, mi compañera en esta aventura, que la consiguió gracias a un movimiento que hizo el ayuntamiento de entonces para fomentar el alquiler entre los propietarios. La otra casa, cuando se fue la chica que vivió allí tres o cuatro años, subieron el alquiler, empezaron a pedir aval... y ahora está dedicada al turismo rural. Hay alguna que se vende, pero los precios son altos. Nosotros tuvimos suerte al encontrar la casa en la que vivimos ahora. Al principio, cuando llegamos, uno vivía en una caravana, otro en una yurta, otro se estaba haciendo una cabaña... Nosotros íbamos a meternos en una taina que un vecino del pueblo había cedido. Aquella ruina, con el trabajo de mucha gente, se convirtió en un gran salón-cocina común con despensa y finalmente un baño, y un pequeño casillo de 12 m2 que acabó siendo nuestra habitación. Luego, cuando al cabo de cuatro años quisimos buscarnos algo más grande y más independiente, unos vecinos nos cedieron otra ruina, y empezamos a reconstruirla, pero finalmente nos decidimos a comprar. Nos hablaron de esta casa, y una vez más gracias a los vecinos conseguimos un precio más bajo; quisieron favorecer a alguien que ya vivía en el pueblo.
Los vecinos también han cedido terrenos en los que la gente ha podido construirse un domo o instalar una caravana donde poder vivir.
Y el ayuntamiento, ¿en qué más cosas os apoyó?
En no poner trabas administrativas a la hora de restaurar casas, hacer corrales o instalar pequeños habitáculos. En facilitar los trámites para poder tener los animales en regla. En lo del alquiler que he mencionado, hablando con todos los propietarios accesibles para conseguir casas para alquilar.
Una cosa muy importante es que la asociación consiguió la gestión del Centro Social en una reunión que el ayuntamiento había convocado con todos los vecinos del pueblo. Por aquel entonces La Plazuela llenaba sus páginas con actividades de la asociación “La Taina” de Santamera, y en algún número apareció una entrevista a Pepe, el miembro de la asociación que abrió el centro social. Había reuniones de distintas asambleas de la zona, grupos de música que ensayaban aquí, actividades culturales, exposiciones, reuniones del club de lectura “La Pela lee”..., y se hacía San Chivín, una fiesta de invierno que se celebró no sé si hasta 10 años y que cada vez atraía a más gente de los alrededores, con música, comida popular, mercadillo, espectáculo de fuego y mucha diversión.
También se hizo un acuerdo por el que los impuestos de agua y basuras se pagaban a base de trabajos para la comunidad. Así se hicieron, por ejemplo, las escaleras de la iglesia y la acometida del agua y el alcantarillado de los casillos del barrio de arriba, que se ahorró el ayuntamiento.
Se volvió a celebrar la fiesta de Santa Quiteria, la patrona del pueblo, para la que dimos algún cabrito. Había un ambiente muy distinto al de ahora.
¿Qué ha cambiado desde entonces?
Fueron varias cosas. Primero, que empezó a haber problemas de convivencia entre la gente de la asociación “La Taina”. Algunos se fueron, y, luego, cuando la situación parecía más calmada y que se podía volver a levantar la cosa con gente nueva que fuera viniendo o la de los pueblos cercanos, es cuando nos vamos encontrando con que todo el apoyo y la colaboración anteriores del ayuntamiento van desapareciendo poco a poco hasta convertirse en todo lo contrario.
Lo primero fue quitarle a la asociación la gestión del centro social, sin importar que el contrato estuviera en vigor, puesto que se había renovado recientemente. De hecho, aún está en vigor. Coincidió con los problemas del grupo, y nos pilló sin fuerzas para pelearlo. Entonces apareció Matilde Gómez con su proyecto de taller de grabado y casas rurales. Obtuvo del ayuntamiento un contrato para instalar en la parte de arriba del centro social, que es el único edificio público de la localidad, un taller de grabado y sala de exposiciones. En nuestra opinión, el asunto no se hizo de manera transparente. La parte de abajo empezó a gestionarse de manera similar a un bar privado y desaparecieron los columpios para que cupieran más mesas en la terraza. Actualmente la parte de abajo está cerrada. La retirada de los columpios se hizo sin consultar y sin avisar a los vecinos, a los que no les sentó nada bien la decisión. ¡Venían tan bien para los niños!
Y es que el ayuntamiento no está cumpliendo en general con sus obligaciones de información y comunicación con los vecinos. En Santamera, aunque hay alcalde pedáneo, no hay manera de enterarse de la fecha de los plenarios, y en el tablón de anuncios en los últimos meses solo se ha anunciado el día de la reala y una prohibición de hacer barbacoas. Pero en los últimos meses no han parado las obras y los vecinos nos hemos enterado al darnos de bruces con la maquinaria. A veces la alcaldesa comunica cosas por el grupo de whatsapp “Amigos de Riofrío”, y te enteras medio de casualidad si alguien del grupo te lo cuenta. Pero un grupo de whatsapp, o el whatsapp personal de algún vecino (que también ha llegado últimamente a usarse para este fin), no puede ser el canal para la comunicación del ayuntamiento con los vecinos. No todo el mundo tiene whatsapp, o teléfono “inteligente”, y, aunque los tenga, no tiene por qué recibir las comunicaciones oficiales por esa vía. Es todo muy confuso: lo mismo se da información de un arreglo hecho por la diputación que se le da el pésame a alguien o se lanzan acusaciones infundadas contra los vecinos de Santamera por la desaparición de una manguera o los desperfectos en unos carteles.
Y no solo es que la información y la comunicación sean confusas y deficientes. Es que tampoco se consultan con los vecinos las cosas que les atañen. El ayuntamiento, por ejemplo, ha hecho un plan para que Santamera se incluya en la candidatura a patrimonio mundial de la Unesco, y lo ha hecho a espaldas de la gran mayoría de los vecinos y propietarios, que están molestos, y hasta han llegado a denunciar al ayuntamiento, porque los planes incluyen intervenciones en sus propiedades, algunas hasta en sus viviendas.
Con la excusa de un plan contra incendios, hemos tenido que retirar una caravana, y nos amenazan con quitar el gallinero, el domo y una casa de aperos. También se ordenó desmantelar La Cabaña, una construcción que se había vuelto emblemática en Santamera. Más fotos que a la iglesia le hacían. Y ese desmantelamiento acaba consistiendo, al parecer por accidente, en que la cabaña sale ardiendo, se producen explosiones, y una gran nube de humo cubre Santamera, sin que nadie se preocupe por investigar cómo ha podido pasar que se ponga así en riesgo a los vecinos, a los animales y al monte.
Se instala una señal de prohibido el paso en el pueblo en un camino que utilizamos los vecinos. Se le niega el padrón a una pareja con un bebé que se había instalado en el pueblo, y al hablar con el ayuntamiento para intentar resolver el problema, se nos ignora. No tardó mucho la pareja en irse con su bebé a otro pueblo más hospitalario. Y luego, por otro lado, el padrón ha visto ampliado su número misteriosamente a unas 15 personas en los meses anteriores a las elecciones, siendo así que quienes vivimos en Santamera todo el año somos solo cuatro o cinco.
No quiero seguir: la lista es larga, pero todo esto ha llegado al punto de limitar nuestra vida en Santamera, nuestro desarrollo como asociación y por tanto también la actividad que nos da de comer y nos permite vivir aquí a algunos de nosotros. Y no somos los únicos descontentos. Imagínate estar deseando durante años y años poder jubilarte para retirarte al pueblo, a la tranquilidad de tu casa, tu terrenito y tus animales, para que, cuando estás a punto de cumplir tu anhelo, los planes de futuro empresarial y turístico del nuevo ayuntamiento vengan a hacerte la puñeta.
Un ayuntamiento tiene que cuidar de sus vecinos, y en estas tierras despobladas tiene la obligación de ayudar a todo aquel que quiera instalarse, buscar medidas que se adapten a las circunstancias especiales de cada sitio y favorecer la vida en los pueblos, que no es ni debe ser igual a la de la ciudad, ni a la que los vecinos de fin de semana o los turistas esperan como fuente de ocio vacacional, sino una vida que integre a todos, empadronados o no, en lo que queremos para el pueblo. Y, en vez de eso, aquí se está favoreciendo solamente un proyecto empresarial de turismo rural muy particular.
¿Cuál es vuestro objetivo al presentaros a las elecciones?
No aspiramos tanto a la alcaldía del municipio como a obtener una representación de nuestra pedanía que incluya a todos los vecinos y sus distintas inquietudes y no solo las de unos pocos. Matilde Gómez se presenta este año a las elecciones como segunda en las listas del PSOE junto con la actual alcaldesa, Mayte Pérez, y sospechamos que esta candidatura tenga que ver con apoyar su proyecto de turismo rural en Santamera. Pero lo peor no es eso: lo peor es que parece que ese proyecto no puede convivir con otras formas de vivir y hacer cosas en el pueblo.
Lo que buscamos es que se favorezca la vida de pueblo y en el pueblo, y no solo cierta forma de turismo o ciertos proyectos personales, y que se cuente con todos los vecinos, que se les comuniquen las cosas que les atañen y que se los tenga en cuenta a la hora de hacer propuestas y de tomar decisiones. Vamos, las cosas normales que tiene que hacer un ayuntamiento.
¿Deseas añadir algo más?
Aprovecho esta entrevista para dar las gracias a todos los vecinos y amigos que nos han ayudado a instalarnos aquí y que nos apoyan.
Hola seré breve... Santamera con la alcaldesa de ahora es santapena, he sido habitante de Santamera porque me cautivó sus gentes, su paisaje, sus ganas de vivir del campo, pero cuando llegamos solo recibimos malas caras y amenazas por parte de la queridisima alcaldesa, de su propia boca ha salido frases como "ni cabras ni huertos ni gallinas en este pueblo", pues no se entiende un pueblo sin animales, así no se lucha contra la despoblación, no sólo no recibes ayuda sino que recibes inconvenientes hasta para limpiar una finca para poner gallinas... Espero que a estas jóvenes les vaya bien ganen y sobretodo arreglen el pueblo y le den vida...
Algo huele podrido en Santamera. El hedor es tan fuerte que no resulta difícil detectar su origen: la ambición, el egoísmo y las malas artes amenazan con secuestrar el futuro -otro más- de un enclave rural de singular encanto.
La Taina, nacida del deseo, el esfuerzo y el trabajo de gentes de bien con un alto aprecio por el sentido común y el territorio que nos sostiene, era uno de los mejores ejemplos de lo que debería ser el desarrollo rural, indisolublemente unido al desarrollo social. Para muestra basta un botón: Mientras el centro social fue gestionado por la asociación, los excelentes quesos de cabra, las cervezas y demás bebidas, o lo que fuera estaban en el frigorífico a disposición de la parroquia. Abrías la puerta y tomabas o cogías lo que andabas buscando. El parné se dejaba en un bote para los quesos; o en otro para las bebidas. No tenía porqué haber nadie, imperaba el respeto. Si los buitres se hacen con Santamera hasta los propios buitres lo van a lamentar.
Es de agradecer el empeño de Clara y Ana en presentarse a las elecciones para defender los intereses de los propios habitantes (no meros empadronados) de Santamera. Para los que conocemos el pueblo desde hace muy poco tiempo, apena enterarse del cambio que ha dado en los últimos años, de comparar aquello que ha sido con lo que actualmente está siendo, y da rabia que (como sucede tan a menudo) sean los detentores de las instituciones, los gestores de las mismas, los encargados de hacerles la puñeta a los vecinos y de reventar sus iniciativas y maneras de hacer las cosas.
A ambas les deseo mucha suerte el próximo domingo, y a los vecinos votantes de Riofrío del Llano les hago un llamamiento para que desoigan los cantos de sirena que, con las políticas de siempre (Turismo, Terrazas y Tapas), sólo pueden prometer dinero (que casi nunca, por no decir nunca, llega), y que, por el contrario, apoyen una candidatura sensata como ésta, que, con los pies en el suelo, tiene voluntad de atender a las necesidades de los que viven en el municipio. ¡Ánimo!
A lo que se ve, los programas e inversiones para fomentar la población y el desarrollo rural se están llevando a cabo en este pueblo con tanto celo que varios de los habitantes han tenido que irse. Y es que no es otra la función de esas leyes, planes, programas, estrategias e inversiones millonarias: acabar con “la vida de pueblo y en el pueblo”, acabar con la poca gente que quede viviendo ahí un poco desentendida de proyectos empresariales viables, puestas en valor, diversificación de la economía, colaboraciones público-privadas, nuevos bioproductos, turismo ecosostenible, incentivos fiscales y digitalización, digitalización y digitalización. Acabar con la vida de pueblo para que fluya libre de trabas la vida del dinero.
Y todos estos nuevos proyectos de destrucción masiva (montados uno tras otro aprovechando la distracción y el daño organizados desde arriba bajo excusa de pandemia) necesitan para su implantación tanto las grandes leyes y regulaciones nacionales e internacionales como las pequeñas trampas, abusos e ilegalidades del tipo que en esta entrevista se cuentan y se adivinan.
Apropiado en todo caso a tierras manchegas el quijotesco intento de estas muchachas de enfrentarse con tales molinos. ¡Que os vaya bien, y que viva el pueblo!
Un pequeño matiz: esto no es La Mancha, sin menosprecio ninguno de ese maravilloso e inspirador Quijote.
Muchas gracias por la corrección. Ya me temía yo estar metiendo la pata, pero creo que me pudieron las ganas de hacer la comparación con don Quijote, y las prisas tontas que siempre traen estos medios digitales.
Ayer comí queso hecho a mano con la leche de las cabras de Santamera. Qué rico! Ojalá pueda seguir comiéndolo.
Que Ana y Clara logren mantener la pedanía de Santamera en Riofrío del Llano (Guadalajara) vivita y coleando es difícil pero, acaso no ganó David al gigante Goliat.
Bien por Clara y por Ana, por dar un paso adelante para proteger este maravilloso pueblo de intereses que poco tienen que ver con el bien común o con el servicio público.
Visito a menudo Santamera y compro ese delicioso queso, elaborado de forma artesanal, cuyo sabor se afina con los frutos de temporada y el aroma de las hierbas del lugar. Lo compro en casa de Clara y Sandro, siempre abierta al visitante y a tertulias improvisadas de los que nos acercamos a por queso, a por leche, o simplemente un rato de conversación, bien interesante por todo lo que Clara y Sandro han vivido y han leido. Porque ahí donde la ven, con su sencillez y sus cabras, Clara es filóloga, habla varios idiomas y tiene gusto artístico que se manifiesta en fotos, videos y música. Es habitual de los festivales y eventos que llenan de vida e ilusion los pueblos de la zona, digan si no a Bujarrabal que ya la reclama para el próximo festival de cortos.
Y su casa, auténtica Casa del Pueblo, lo que fue con la asociación “La Taina” y lo que debería seguir siendo el centro social, que ahora se ha apropiado el interés particular, privado y dudosamente legítimo de la otra candidata. Que tanto aprecia la vida de pueblo que quiere mandar a las cabras, y las gallinas “a tomar por culo” porque ensucian y afean sus ambiciones terratenientes. Y que al parecer justifica el pisotear a quien se le ponga por delante diciendo que “para tener éxito en los negocios hay que ser ...” Y luego enarbola la bandera socialista. Me quedo con Clara.
Qué pena que Clara no se entienda con Maite, licenciada en Filología Clásica, ni con Matilde, Licenciada en Bellas Artes. Podía ofrecerse desinteresadamente a mostrarnos sus dotes artísticas. O a dar clases de idiomas a los vecinos interesados, también de modo altruista.
Me parece una propuesta muy buena la que usted hace. Cuente conmigo para dar esas clases de idiomas gratuitas y hacer esas muestras artísticas altruistas. Tengo un gusto especial por hacer ese tipo de cosas, y una larga experiencia haciéndolas. ¿Cómo lo organizamos? ¿Cree que el ayuntamiento apoyaría su propuesta, facilitando los medios necesarios? Si fuera así, estaría muy bien, pero si no, también podemos organizarnos entre nosotros: para encontrar el sitio o los sitios apropiados, para concretar las horas para las clases de idiomas (dependiendo de cuáles y cuántos sean los idiomas en los que los vecinos están interesados), y encontrando por nuestra cuenta los medios necesarios para las muestras artísticas. ¡Quedo a la espera de su respuesta!
Ni idea tenía de todo esto. Me quedo de piedra.
Julio...para nada, crèeme. Es una vergüenza lo que estàn haciendo con esta mujer. Difamar es delito por favor! Antes de publicar estas cosas, La Plazuela tiene que contrastar. Terrible
Ni idea, todo esto me llega de nuevas. La Plazuela y antes El Afilador siempre se han caracterizado por admitir las opiniones libres. Cualquiera puede decir y otros replicar, es lo más justo. Jamás se ha evitado un texto por su opinión, algún caso raro recuerdo por problemas de plagio. Naturalmente, la labor de Matilde al frente del taller para mí está fuera de toda duda, y no solo eso, la aprecio justamente como la gran profesional que es y la agradezco profundamente como positiva para la comarca. Un saludo.
Julio, no se trata de dar una opinión u otra...cosa perfectamente normal. Se trata de dar a entender de manera directa que Matilde Gòmez se ha servido de la corrupción para poder instalar La Calcografía , y una serie de proyectos turísticos que incluso alguien en los comentarios tilda de "proyectos de destrucción masiva" de "David contra Goliath"..Es eso lo que se consigue. Confundir y engañar para que algo quede, aunque sea mentira. El daño moral que producen estas cosas y por supuesto económico teniéndo un negocio, que ya sabemos lo que cuesta! Mi solidaridad total con ella. El resto de problemas vecinales son cosa en la que no puedo opinar. Saludito!
Arancha: me "quedé de piedra" el otro día más que nada al visualizar la desgraciada situación generada en un pueblo por lo demás maravilloso y al que le tengo, personalmente, mucho cariño. Como no soy quién para juzgar y entiendo que a nadie le gusta que se esté hablando de él o ella en internet, no voy a decir nada más. El respeto por delante, siempre, y el apoyo a quien aporta en estas zonas nuestras tan difíciles, no hay ni que decirlo. Saludos!!
Ya le gustaría a cualquier pueblo tener un taller de grabado de este nivel, que suerte tiene Santamera. Muchas gracias Matilde.
Santamera es tratada con el respeto y la dignidad que nunca antes de esta corporación municipal ha tenido.Gracias a ello hay vecinos que se animan a traer negocio y movimiento cultural.El chabolismo rural, el impago de los impuestos para el bien común, la basura y la atracción de la exclusión social se ha terminado. Santamera vuelve a ser el pueblo digno de su origen, con el respeto y cariño de los ancestros.
Sin duda.
En Santamera, a decir de esta comentarista, gracias a la actual corporación municipal, “la atracción de la exclusión social se ha terminado”. Ha de aclararse lo primero el eufemismo “la exclusión social”. Se usa el abstracto para evitar la crudeza de referirse a personas, o incluso para evitar tener que usar el masculino o el femenino, pero el sentido se entiende bien: la “exclusión social” se refiere a los que se consideran excluidos de la sociedad, los antes llamados marginados, los ahora también llamados vulnerables. Los que se supone que los organismos e instituciones oficiales tienen el deber de incluir e integrar.
La autora del comentario deja bien clara su idea de que un pueblo digno y respetado es un pueblo limpio de toda esa gente, y considera (es su opinión) que el actual ayuntamiento de Santamera se ha dedicado a esa limpieza. En Santamera no han de caber los que ella considera excluidos socialmente. Siguiendo la retórica habitual en tales casos, la limpieza social se liga con la material y la moral; la presencia de los considerados marginados sociales, con el chabolismo, la basura, el impago de impuestos y el daño al bien común. Toda esa suciedad social, moral y material se ha terminado en Santamera. Eso es lo que la autora del comentario considera tratar a un pueblo con respeto y dignidad. Del respeto y dignidad en el trato con la gente, sea de la extracción social que sea, ni se acuerda. Con lo mismo cierra su comentario, aludiendo a una recuperada dignidad concorde con los orígenes y ancestros del pueblo. Queda así ligada la idea de la eliminación de los desechos de la sociedad con la de la recuperación de una pureza originaria y ancestral.
Ésas son las ideas que llevan a alguien a defender (y es de sospechar que a votar) a un ayuntamiento de signo socialista. ¡Y todavía hay quienes creen que hay diferencias entre izquierdas y derechas!
El artículo es una sarta de barbaridades que rozan el delito.
Lo primero que debía haber hecho ésta publicación es contrastar lo dicho por estaspersonas......no vale todo.
Un taller de grabado y galería de arte de carácter íntimo, rural y la instalación de tres mini casas rurales (una de ellas su propia vivienda) en una finca de SU propiedad, con todos los permisos, licencias, pago de impuestos etc, etc...que conllevan el emprendimiento de cualquier proyecto LEGAL , no parecen los grandes proyectos turísticos a los que se está haciendo referencia. Son proyectos ilusionantes y solventes de una mujer que lleva 30 años por estos lares, y que son perfectamente sostenibles y merecedores del reconocimiento, tal y como están las cosas por nuestros pueblos. Maravillosamente compatibles con la vida en el pueblo. Tampoco parece especialmente delictivo presentarse como candidata a las elecciones de su pueblo ...en fin como bien se dice en la entrevista...
"Un ayuntamiento tiene que cuidar de sus vecinos, y en estas tierras despobladas tiene la obligación de ayudar a todo aquel que quiera instalarse, buscar medidas que se adapten a las circunstancias especiales de cada sitio y favorecer la vida en los pueblos."
Todas estas difamaciones, y ataques no se corresponden nada más que con la intolerancia más atroz, y no se debe tolerar.
decaimiento de este pueblo en los últimos años es evidente: no solo no se fomenta que vaya a vivir gente si no que se les anima a irse a los que lo han intentado y a los que están; el centro social hasta hace pocos años lleno de vida y actividades, ahora está muerto, un taller privado de calcografía que no está atrayendo a casi nadie o nadie se ha instalado en el centro social, ¿por qué un negocio privado se ha instalado en el centro social del pueblo? Me pregunto.
Y lo más bochornoso es que dos pastores viviendo en el pueblo con una veintena de cabras, asentados en el pueblo y queridos por sus vecinos sean un peligro para los proyectos turísticos de la actual alcaldesa y la tal Matilde (dueña del taller de calcografía).
Si ese taller de calcografía no está teniendo éxito, ¿qué será de esos otros proyectos turísticos? ¿Habrán reducido a "escombros" la vida rural del pueblo y dejarán en las praderas escombros, pero de los de verdad, de lo que quisieron hacer y no llegaron a hacer? ¿Es que no se debe priorizar la vida rural del día a día (huertos, ganado, aprovechamiento de los recursos, autosuficiencia...) frente al turismo de fines de semana?
No se puede gobernar para que una persona cumpla su sueño empresarial.
Señoras, se puede compatibilizar el turismo de fin de semana con la vida de los habitantes fijos, no hace falta exterminarlos.
Estás muy mal informada con esas preguntas al aire que lanzas.
Es increíble lo ruin y miserable que puede resultar el ser humano retorciendo y tergiversando la realidad con tal de sacar provecho para uno mismo, aunque eso signifique difamar a quien sea necesario.
Buena suerte a todos los candidatos a las elecciones que se celebran pasado mañana.
Con lo visto hasta ahora, y quizá hablo de más porque no conozco los entresijos, solo veo un conflicto de intereses. Algo natural en las relaciones humanas. Es necesario entenderse. Es una pena que en lugares tan pequeños se llegue a extremos de incompatibilidad, quizá por no haber dialogado con franqueza a tiempo. En fin, que la sabiduría acompañe a los implicados. Por el bien de todos ellos. Y por el de los demás, que en comarcas pequeñas como la nuestra todo termina repercutiendo en todos.
Si tener taller de grabado de supernivel no escondiera intereses inmobiliarios y las corruptelas políticas necesarias para lograrlos, vale. Pero ¿había que cerrar el centro social? Y quemar la cabaña? Y destrozar casitas?
A las escribientes, mucho ánimo, fuerza y cuidados. Las gentes aludidas harán lo que sea para vengarse abrazando palabras como justicia, dignidad, derecho... Proteganse y únanse. Viva Santamera.
Como dice el artículo, la culpa de la decadencia de la asociación la Taina la tienen ellos mismos, pensar que podía volver a ser lo que era, es ser muy optimista y yo no lo creo, culpabilizar a personas ajenas a la asociación su fracaso es un poco feo. Tampoco puede tener la culpa un gobierno que todavía no ha salido. Y la alcaldesa de ahora creo que la votaron los empadronados, igual querían un cambio. Por cierto, en Sigüenza tampoco se nos ha preguntado a los vecinos lo de la candidatura.
En Sigüenza y en todos los sitios hace falta que se nos pregunte sobre muchas cosas. Efectivamente, la candidatura se nos ha dado "precocinada". Es problema del sistema, no de los políticos. Acaba de salir un artículo mío al respecto: https://laplazuela.net/index.php/dopnion/14454-el-dia-despues Tenemos que volver a la cordura, el enfrentamiento no lleva a ningún sitio, solo a pasar malos ratos y tener peor calidad de vida. Lo cuál es una pena viviendo en un sitio privilegiado como vivimos.
Lamentable,abyecto e impresentable, es la campaña de injurias y mentiras que se están vertiendo contra personas que desde hace 40 años sacaron a Santamera del olvido y la miseria.
Sin duda alguna l@s responsables lo pagarán.