Una ciudad patrimonio de la humanidad tendría una depuradora que funcionara y una ribera del río por la que se pudiera pasear en condiciones.
Una ciudad patrimonio de la humanidad no tendría su casco histórico lleno de solares vaciados.
Una ciudad patrimonio de la humanidad no tendría parte de sus bienes culturales de las pedanías en ruinas.
Una ciudad patrimonio de la humanidad tendría ordenado el tráfico en su zona histórica y vigilaría de que los coches no invadieran las aceras de sus calles.
Una ciudad patrimonio de la humanidad tendría una vía de circunvalación para evitar que el tráfico atravesara sus barrios históricos.
Una ciudad patrimonio de la humanidad tendría unos ferrocarriles con una frecuencia y unos horarios apropiados.
Una ciudad patrimonio de la humanidad cuidaría de sus parques y jardines e impediría las podas salvajes de sus árboles.
Una ciudad patrimonio de la humanidad controlaría la basura y las plantas de residuos para impedir que los vertidos incontrolados dañaran su entorno.
Una ciudad patrimonio de la humanidad tendría un Centro de Salud en condiciones e impediría que se saturase en fechas de mayor afluencia de población.
Una ciudad patrimonio de la humanidad no incluiría el maltrato animal en sus fiestas patronales.
Una ciudad patrimonio de la humanidad lucharía contra la contaminación lumínica y preservaría su cielo para que se pudieran ver las estrellas.
Una ciudad patrimonio de la humanidad lucharía contra la contaminación acústica impidiendo que se hiciera ruido en su entorno durante las horas del descanso vecinal.
Una ciudad patrimonio de la humanidad impediría que en su término municipal se instalaran macroparques eólicos o macrohuertos solares.
Una ciudad patrimonio de la humanidad contaría con auditorios para eventos culturales en buenas condiciones y con museos apropiados donde exhibir sus fondos arqueológicos y artísticos.
¡Qué bien estaría vivir en una ciudad patrimonio de la humanidad!