Privatización del aire en las zonas de montaña
Las administraciones locales podrían apostar por el aire fresco de las montañas como nuevo recurso lucrativo. En un principio se podrían establecer respirómetros en la entrada de localidades cuya altura supere los 800 metros sobre el nivel del mar de manera que los visitantes, para entrar en las ARR (Áreas de Respiración Restringida) pagaran un canon por la utilización de sus pulmones en un lugar protegido. Para los lugareños se establecería una cuota que permitiría respirar a pleno pulmón durante los doce meses del año, contratando una tarifa plana. También se podría establecer un mercado de aire fresco para comercializar este producto, de manera que los lugareños podrían vender su derecho a respirar por un módico precio.
Los plenos municipales podrían incorporar publicidad comercial
Otra medida para optimizar los siempre escasos recursos de los pequeños ayuntamientos sería que en los plenos municipales se desplegara publicidad comercial. No se trataría solo de que en las salas de plenos los retratos de unas desprestigiadas autoridades fueran sustituidos por paneles publicitarios, sino que los mismos ediles pudieran, en el transcurso de sus intervenciones, entre punto y punto del orden del día, emitir a viva voz mensajes publicitarios de los más diversos productos y servicios. Se podría establecer un baremo por el que las inserciones publicitarias de las intervenciones de los equipos de gobierno tuvieran mayor coste que las de la oposición. Los ruegos y preguntas podrán también ser patrocinadas por marcas comerciales cuando tuvieran que ver con los intereses de esas mismas marcas.
Recogida y quema de herejes en las fiestas populares
Esta propuesta, una vez declarada de interés turístico provincial, podría hacer disminuir la deuda de las corporaciones locales atrayendo a muchos visitantes. Se plantearía en aquellos municipios en los que este tipo de festejos contaran con suficiente arraigo. Se autorizaría la quema limpia de herejes con madera de encina siempre que no conllevara un maltrato innecesario al relapso. Hereje, en sentido moderno, podría ser aquel que hubiese sido desahuciado por un banco y que no comulgara con la reciente reforma constitucional de poner un límite en el endeudamiento público.
Reinstauración de la institución de siervos de la gleba
Los municipios interesados en acogerse a esta modalidad de gobierno feudal podrían enajenar no ya sus montes públicos sino a los mismos habitantes de las pedanías generando de esta manera ingresos adicionales. La relación contractual en estos núcleos de población sería de servidumbre y los lugareños tendrían que proporcionar al amo todo tipo de servicios a cambio de protección. Para controlar la demografía e impedir que aumentara la población poniendo en peligro la sostenibilidad del feudo, se podrían autorizar cada cierto tiempo batidas de destripaterrones. En esta actividad venatoria los señores solo utilizarían armas tradicionales como la lanza y la ballesta con lo cual el espectáculo podría ser ofertado como una modalidad de turismo activo en las casas rurales de los alrededores.