Los preparativos
Miriam: Tengo unas invitaciones para ir a una exposición de William Cool ¿vienes Vane?
Vanessa: Vale. Me chiflaría comprar algún pez en formol a lo Hirst para colocarlo en el recibidor, ya sabes, junto al paragüero verde. ¿Dónde es la muestra?
Miriam: Es en la Fundación PG, ya sabes, Pasta Gansa. Al parecer la propuesta se compone de salas vacías, llenas de espejos. La retrospectiva se titula “Reflejos homologados de la existencia” y en el catálogo se dice que el artista ha querido plasmar la alienación del individuo confrontado a su identidad icónica.
Vanessa: O sea que si son espejos tendremos que ir bien arregladas porque al final seremos nosotras el objeto de las miradas. Ya sabes que hay mucho voyeur en esas salas que solo aprecian el body art.
Miriam: Pero no sé que ponerme para ir a tono. ¿Tú crees que me sentará bien la falda azul con el chaleco rojo y el pañuelo amarillo?
Vanessa: No sé chica, es un atuendo como muy primario, muy a lo Mondrian, no quieres llevar algún trapo con colores más complementarios.
Miriam: Igual lo suyo es reivindicar el arte povera, ¿Qué te parece si llevo unos harapos expresionistas?
Vanessa: Desvístete como quieras hija, también puedes ir de homeless de luxe, en la postmodernidad todo vale. Yo me pondré el burka de neopreno que compré en el MoMA de Nueva York, ya sabes lo que me pone ir de vintage.
En la galería
Miriam: ¿te has fijado en esa puerta? ¡Qué detalle tan minimalista! Esa pequeña figura humana negra reducida a lo más esquemático sobre un fondo blanco. ¡Es genial!
Vanessa: Yo creo que estamos ante una instalación, ya sabes que ahora en el arte no hay que quedarse en las dos dimensiones, hay que penetrar en el espacio ¿Entramos?
Miriam: Claro, ¡vaya! no mentía el catálogo, es una sala llena de espejos. Mira, allí hay unos urinarios. Cómo se nota en todo la huella de Duchamp.
Vanessa: Aquel tipo orinando parece auténtico, esto sí que es hiperrealismo a lo Antonio López. Aquí se puede apreciar la soledad intrínseca del hombre contemporáneo. ¡Qué fuerte, tía!
Miriam: ¿No será un happening con el propio artista interactuando con su obra? ¿te has fijado como consigue integrar en el espacio ese ruido de cisterna tan contemporáneo?
Vanessa: Y no solo eso, también ha introducido esencias olfativas que provocan un verdadero impacto para los sentidos. Me están entrando arcadas ¡que real es todo!
Miriam: Ahí hay una indicación, voy a mirar el nombre de la propuesta. A ver… esto se llama simplemente… Ro… Roca, el caso es que suena a algo como muy conceptual.
A la salida
Vanessa: Chica, que vergüenza he pasado. ¿Cómo podía saber yo que nos habíamos metido en los servicios masculinos?
Miriam: La verdad es que ahora que lo dices, cuando entramos me fijé que ponía W.C. en la puerta pero pensé que se trataba de las iniciales del artista. ¿Estás segura de que no se trataba de una perfomance?